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Relaciones tóxicas: ¿Cómo reacciona el cerebro?

Aunque se percibe que el final no puede ser el mejor, muchas parejas esperan el caos para tomar determinaciones

relación tóxica

“La base de toda relación es el amor y la confianza”. ¿Cuántas veces escuchamos esa frase? ¿Cuántas veces nos pasó en nuestra relación o nos dimos cuenta en otras que el dicho es poco respetado y muchas veces forma parte de una simple trivialidad?

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Cuando se comienza una relación formal o informal, las primeras prioridades sin dudas son el encontrar felicidad, satisfacción personal-sexual y por supuesto que no haya dolor, angustia y malos tratos. Sin embargo, a pesar del deseo, todo puede concluir en caos y por conformismo u otras cosas, no se toma la determinación de poner punto final y se termina viviendo una tormentosa relación tóxica.

Varias son las señales y síntomas para sospechar, darse cuenta a tiempo o prevenir llegar a la etapa amorosa tóxica. Conozcamos algunas de las recomendaciones de especialistas para evitar y saber afrontar las diversas situaciones negativas sentimentales.

Relaciones tóxicas

Funcionalidad del cerebro en relaciones

Cuando sentimos atracción por alguien, al principio es más común que el cerebro esté mas abierto para percibir las cualidades más positivas que las negativas. Especialistas indican que dicha característica puede ser la principal razón del porqué ver con claridad o aceptar cuando se atraviesa por una relación tóxica.

“Cuando le escribimos a alguien que estamos conociendo por Whatsapp y, por ejemplo, no responde los mensajes, sabemos que el momento agradable (en el cual sí nos respondía) va a volver y quedamos enganchados esperando a que eso vuelva, porque tenemos la certeza de que al final siempre vuelve. Esos momentos de subidón son tan agradables que nos olvidamos de los bajones”, explica para el medio internacional BBC, Marta Novoa, psicóloga y especialista en relaciones de pareja.

El placer libera dopamina y serotonina cuando hay consistencia en el estímulo y es predecible que el cerebro se acostumbra y cada vez libera menos de estas sustancias. Las neuronas necesitarán cada vez más dosis con estímulos más fuertes que produce el enganche, por eso, la oxitocina (hormona del vínculo y del amor) se inhibe y hay un desequilibrio entre esta y la dopamina. Aquí es cuando llega la obsesión.

“La víctima puede hacer cosas que lo pongan en riesgo, como permitir ciertos comportamientos, incluso sexuales, que en otras circunstancias no toleraría. Quien lo sufre, trabaja cada vez más para mantener esa relación y volver a la fase de ´luna de miel´, donde obtendrá más dopamina. Es como una adicción” advirtió la especialista.

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Dependencia Emocional, más de relaciones tóxicas Foto: Especial

Aceptar y dar un paso al costado

Es fundamental entender que, si no se corta de una vez por todas las relaciones tóxicas, se corre un grave peligro de padecer problemas psicológicos que pueda conllevar a males mayores derivados a la violencia física.

Trabajar con el autoconocimiento, autoestima y comunicación, son las armas a tomar recomendadas por distintos especialistas para entender a ciencia cierta las etapas de la relación y saber que, si se llega a la toxicidad, poder dar un paso al costado y continuar con el largo andar de la vida.

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