Sin dudas, una de las mejores armas para poder combatir las épocas frías de otoño, invierno e incluso la primera parte de la primavera, es la utilización de las estufas.
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Aunque es un elemento de gran ayuda para obtener calefacción, muchas veces las personas recurren al gran error de utilizarlas sin previamente ser chequeadas por un especialista que determine si está óptima para su uso o si contiene algún tipo de rotura que emita escapes del gas.
Consecuencias por las estufas
Distintos pueden ser los problemas derivados por el mal uso de las estufas, pero las principales son la intoxicación por monóxido de carbono y explosiones por la acumulación y fuga de gas. Por ejemplo, en Argentina las estadísticas reflejan que, durante la última década, 200 personas sufren anualmente por distintos niveles de intoxicación.
Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández de la ciudad de Buenos Aires, informó que “todos los años, con la baja de temperatura, vemos una gran cantidad de personas intoxicadas y fallecidas por esta causa, absolutamente prevenible. El motivo principal de las intoxicaciones en la Argentina tiene que ver con los calefones, cocinas y estufas en mal funcionamiento. Muchos están ubicados en lugares no autorizados, como los baños”.
Improvisación y riesgo
Comúnmente sucede en hogares de escasos recursos económicos. Muchas familias al no contar con estufas o artefactos especializados para dar calor, se ven en la necesidad de utilizar cocinas u hornos.
Lo que muchos no toman en cuenta es que, aunque soluciona a media el problema, es extremadamente peligroso ya que no están preparados para esa función. Por descuido o por confianza, lo normal es que la mayoría de las personas no hacen revisar todos los años la cocina para asegurarse que tenga una buena oxigenación, lo que podría concluir en episodios serios de intoxicación o peor aún en un incendio devastador.
Síntomas de intoxicación
La intoxicación por monóxido de carbono suele confundirse con otros trastornos, por ejemplo, el digestivo, porque los primeros síntomas son dolor de cabeza intenso, mareos, náuseas y vómitos.
Si existe la sospecha de estar intoxicados con monóxido de carbono lo principal es abrir las ventanas, determinar las causas que evite un mal mayor y acudir en la brevedad posible al hospital más cercano, de lo contrario hay altas probabilidades de sufrir importantes secuelas neurológicas como alteraciones motoras, hemiplejia o paraplejia, efetos neurocognitivos en largo plazo y alteración de la conciencia, la memoria y problemas psiquiátricos.