El olor de un buen asado, el mejor perfume francés, una lasaña o del pasto mojado suelen despertar placer en los humanos. Otros aromas, si es que se les puede llamar así, pueden ser repugnantes, como la basura, la caca o algún alimento que se descompuso. Pero, ¿cuál es el más agradable y cuál es el más desagradable de los olores?
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Una investigación publicada en Current Biology y citada en Gizmodo concluye que hay un olor que todos conocemos y que es “universalmente el más agradable” y que está en cientos de productos en la actualidad: la vainilla.
Artin Arshamian, investigador del Departamento de Neurociencia Clínica de Instituto Karolinska de Solna, Suecia, y autor principal del estudio, expuso: “Las culturas de todo el mundo clasifican los diferentes olores de manera similar sin importar de dónde provengan, pero las preferencias de olor tienen un componente personal, aunque no cultural”.
Entonces, si la clasificación de olores se hace de forma similar en todos los lugares del mundo y hay un componente personal en la elección de un olor, ¿por qué la selección universal es la vainilla?
El estudio reclutó narices
Los investigadores reclutaron a 235 personas de diferentes países para el estudio con la ayuda de un equipo internacional que llevó a cabo sus estudios tanto en condiciones experimentales como en el campo.
Estos voluntarios provenían de una amplia gama de orígenes, incluidos algunos grupos indígenas que tenían muy poca exposición a olores y alimentos fuera de su propia cultura.
“Queríamos examinar si las personas de todo el mundo tienen la misma percepción del olor y les gustan los mismos tipos de olores, o si esto es algo que se aprende culturalmente. Tradicionalmente se ha visto como cultural, pero podemos demostrar que la cultura tiene muy poco que ver con eso”, explicó Arshamian.
Los participantes de la investigación tenían el objetivo de clasificar una gama variada de olores y determinaron como ganador, generalmente, a la vainilla como el olor más atractivo. No todos votaron por la vainilla, pero fue el elegido por la mayoría.
¿Y el olor más desagradable? El reconocido como el más repugntante de los aromas fue el ácido isovalérico, que se encuentra en alimentos como la leche de soja y el queso, aunque también forma parte del perfume del sudor de los pies.
Arshamian argumentó: “Ahora sabemos que existe una percepción universal del olor que está impulsada por la estructura molecular y eso explica por qué nos gusta o no nos gusta un determinado olor. El siguiente paso es estudiar por qué esto es así al vincular este conocimiento con lo que sucede en el cerebro cuando olemos un olor particular”.