Muchos son los especialistas en incentivar a las personas en sustituir las mantecas y priorizar el consumo de aceite de oliva. Con el pasar de los años cada vez son más quienes han tomado el consejo y determinación de usar en sus comidas dicho aceite, debido a la cantidad de beneficios saludables determinado por varios estudios científicos.
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Entre tantas investigaciones, recientemente salió una a la luz publica que determinó el gran hallazgo de que el consumo de aceite de oliva puede prevenir los riesgos por el tan temido cáncer de mama.
El estudio científico fue realizado por especialistas del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) y publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition. Éste determinó que con por lo menos dos cucharadas al día de aceite de oliva se puede reducir hasta un 30 % las probabilidades de sufrir la penosa enfermedad.
Análisis
Los investigadores realizaron una comparación en la que se detectó la presencia de distintos tipos de grasas (aceite de oliva, oliva virgen, girasol, maíz, soja, margarina y mantequilla) en la dieta de un grupo de mujeres con cáncer de mama y otras sin esta enfermedad.
La conclusión fue que quienes usaban el aceite de oliva para condimentar, freír o cocinar tenían menos riesgo de padecer un tumor de mama.
“Corroboramos que el consumo moderado de aceite de oliva virgen está asociado a una menor incidencia del cáncer de mama. Aunque con este subanálisis epidemiológico no tratamos de explorar las causas de este beneficio, la literatura científica nos demuestra que este alimento contiene sustancias con efecto protector frente a este tumor, muchas de las cuales se pierden con el proceso de refinado del aceite”, informó la doctora Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII).
La especialista aclaró también que “ingerir aceite de oliva virgen, sobre todo en ensaladas o con verduras, tiene un efecto protector frente al cáncer de mama, pero su consumo no puede ser excesivo ya que otros estudios científicos demuestran la relación entre la elevada ingesta calórica y el mayor riesgo de este tipo de cáncer”.