Una vez más ocurrió. Eran las 8:00 de la mañana del lunes 22 de noviembre cuando Anayeli, de 15 años de edad, escapó de su casa, en el municipio de Cochoapa El Grande, en la Montaña de Guerrero. Ese día la obligarían a casarse con un adolescente de 16 años.
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Todo estaba listo. El viernes y el domingo, la familia del joven ofreció una fiesta para acordar el matrimonio. Mataron una vaca, hubo cervezas, refrescos y música de banda. El casamiento se pactó para el lunes a cambio de un pago de 200 mil pesos, cantidad que no se entregó porque la boda no se concretó.
Ese lunes, Anayeli escapó muy temprano. Se refugió en la casa de un amigo, otro menor de 15 años. Las dos familias, la de Anayeli y la del joven con el que la querían casar, dieron aviso a la comisaría del pueblo. Los policías salieron a buscarla, hasta que la hallaron.
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La encerraron en una celda de la comisaría, junto con el joven que la ayudó. Para liberarla, le exigieron a Anayeli que se casara, pero, sobre todo, que regresara los 56 mil pesos que se invirtieron en las fiestas, porque había “ofendido” a la familia del comprador.
Esto lo documentó el Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que fue notificado sobre el caso el martes e intervino junto con la fiscalía y la Comisión de Derechos Humanos del estado. Anayeli y el otro menor fueron liberados y están en custodia del DIF estatal, pese a la resistencia de la comunidad.
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