Un día como hoy, en 1949, nació en Quibdó uno de los compositores más influyentes de la música colombiana: Jairo Varela, fundador y director del Grupo Niche. Su legado sigue latiendo en cada escenario donde suena la salsa, pero también en las historias que marcaron su vida dentro y fuera del estudio de grabación. A finales de los noventa, mientras el grupo conquistaba las calles de Cali con su sonido inconfundible, el maestro enfrentó uno de los momentos más complejos de su trayectoria: una condena en la cárcel de Villahermosa por enriquecimiento ilícito, señalamientos que él siempre negó.
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Lejos de apagar su inspiración, la adversidad la encendió. Desde prisión escribió las canciones del álbum A prueba de fuego, incluida la pieza que le da nombre y que hoy es himno del grupo. Según recuerda Willy García, exvocalista de Niche y posteriormente de Son de Cali, el proceso creativo fue tan intenso como conmovedor, con visitas constantes al penal para trabajar codo a codo con Varela.
“Nosotros los cantantes del Grupo Niche lo que hicimos fue prestarle la voz a Jairo para que él cantara. Él era un genio. Cuando íbamos, le cambiaba el semblante. Aunque estaba en un sitio con ciertas comodidades, seguía siendo un cautiverio”, relata García, quien también asegura que la canción encierra una voz de protesta del maestro.
En 1995, Varela fue detenido por presuntos vínculos con el cartel de Cali y acusado de escribir canciones para narcotraficantes. Uno de los episodios más polémicos fue el tema Mi hijo y yo, un acróstico alusivo a José Santacruz Londoño, cuarto al mando de esa organización, que coincidió con el cumpleaños 17 de su hijo. Varela negó cualquier relación con el narcotráfico y defendió su inocencia hasta el final.
¿De qué murió Jairo Varela?
Jairo Varela falleció el 8 de agosto de 2012 en Cali, a causa de un infarto fulminante, a los 62 años. Su partida dejó un profundo vacío en la salsa colombiana y latinoamericana, pero su obra permanece como un legado vivo: más de tres décadas de canciones que mezclan romanticismo, crítica social, identidad afrocolombiana y un amor innegociable por el país.
Hoy, en el aniversario de su nacimiento, su música sigue siendo un faro para nuevas generaciones y un recordatorio del poder transformador de la salsa hecha con alma, historia y corazón.

