El fin de semana pasado se vivió el Baum Festival, más de 60 djs cautivaron a cerca de 45.000 personas en la pista de baile. El encuentro ideal para los fanáticos de la música electrónica, contó con más de 20 artistas de talla internacional, entre los cuales se destacaron Amelie Lens, Richie Hawtin, Nina Kraviz, Carl Craig, Vitalic, entre otros.
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Eventos de esta magnitud nos muestran como el movimiento de la escena electrónica es un fenómeno creciente en la ciudad. Pero, ¿Cómo surgió este género? Este movimiento tiene sus inicios en Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Detroit, ciudad que se caracterizaba por ser la industria automovilística del país norteamericano.
Sin embargo, todo cambio cuando las principales fábricas empezaron a cerrar y la población sufrió de desesperación por el desempleo, es en este punto donde la juventud encuentra en los clubes y en los after una vía de escape.
Para esas épocas la música se convertía en un desahogo para las masas, algo similar estaba por suceder en el viejo continente. Tras la caída del muro de Berlín, que dividía los sectores Este y Oeste, la música electrónica se impuso como banda sonora de la reunificación alemana, y es así como Alemania termina adaptando el sonido heredado de Detroit.
Tras décadas de represión, los alemanes empiezan a organizar fiestas y raves ilegales, lugares en los que buscaban expresarse libremente. Los lugares eran edificaciones o bodegas abandonadas. Estos espacios empezaron a transformarse en clubes de manera temporal que ofrecían a sus asistentes una fiesta hasta el amanecer.
Los primeros beats en Bogotá
En el caso de Colombia, aparece un concepto importante ‘La música globalizada’, géneros internacionales como el rock ya se habían popularizado en el país. De la misma forma, en la década de los noventa, gracias a la globalización, estos sonidos electrónicos que eran desconocidos empezaron a escucharse.
Jonathan Cadavid músico y empresario de la escena electrónica, recuerda cómo este movimiento empezó a popularizarse, en la capital, en el año 99, surgieron los primeros raves, “yo recuerdo que en ese momento empezaron a hacer los primeros raves. Mi primer gran rave fue el de Dave Seaman en El Sartén de la Posada, a las afueras de Bogotá, fue una locura, se transformó la forma de vivir la fiesta radicalmente”.
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Aunque los asistentes no conocían muy bien el género musical, iban a las fiestas con el escepticismo de conocer algo nuevo, además, este tipo de fiestas eran más atractivas porque se hacían en lugares lejanos y abandonados. Además, se contaba con la zozobra de que la policía llegara en cualquier momento y cancelara el evento.
Estas fiestas clandestinas hicieron que los promotores y organizadores se interesaran por la escena electrónica, es en este punto surgen los primeros clubes dedicados a esta música. Uno de los más importantes, fue Cinema Club, lugar que marcó la historia del género en la ciudad porque era uno de los pocos establecimientos que evadía la ‘Ley zanahoria’. Una ley que solo permitía el funcionamiento de los bares hasta las 3 de la mañana.
Según lo que reveló Jonathan, quien también fue dj y socio de Cinema Club, en este sitió “terminaba toda la fiesta de Bogotá, no importa lo que abrieran, dónde lo abrieran, todo el mundo llegaba a Cinema”. Era el lugar de encuentro de todos los que salían en esa época, realmente se convirtió en un bar tan importante para la ciudad, hoy en día no hay nada que llegue a hacer lo que Cinema hizo no solo por la escena sino también por la gente”.
El concepto de bares empieza a crecer en la ciudad y da lugar para que abran grandes sitios exclusivamente dedicados a este tipo de música. Aunque Cinema Club cerró sus puertas en los 2000, dio pie para que, en la actualidad, en Bogotá existan diversos clubes de música electrónica y Techno, entre los cuales se destacan: Video Club, Kaputt y Mad Radio.