Independiente Santa Fe e Independiente Medellín dieron una muestra de su esencia en el juego de ida de la final del fútbol colombiano, en donde ambos lucharon, metieron esa conocida garra, brindaron emociones, pero también estuvo presente el sufrimiento, en especial de cara al gol, porque el mismo no apareció y se fueron con un 0-0 para definir todo en el juego de vuelta.
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Pese a que el juego se fue en blanco, las emociones no estuvieron ajenas al duelo disputado en el estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá, a donde llegó la afición ‘Cardenal’ para abarrotar el escenario deportivo y se lució con su tifo de ‘Garra y Corazón’.
Fue ese corazón el que trató de poner el conjunto Albirrojo que, de entrada, se volcó, con más ganas que eficiencia, de cara al arco rival en busca de hacer daño. Sin embargo, al no encontrar esa claridad, comenzó a dejar espacios que de a poco fueron aprovechados por El Poderoso que equilibró el manejo del juego y por un buen tramo se hizo al dominio.
Sobre los 22 minutos se dio el primer remate que inquietó una de las áreas y fue en favor de la visita con Léider Berrío, que robó un balón en salida, el mismo se elevó y en el control, se encontró con el buen cierre del portero Andrés Mosquera Marmolejo que alejó el peligro.
Respondió Santa Fe con un remate de fuera del área de Hugo Rodallega, que obligó a la volada de Washington Aguerre. De media distancia, pero del otro lado, también probó Daniel Londoño que casi anota un golazo desde casi media cancha.
De tantas ganas que le pusieron ambos, Brayan León se pasó de ansías y se perdió la opción más clara del partido con el arco a su merced y el portero vencido, sin embargo, terminó enviando el balón por arriba.
Para el complemento, siguieron insistiendo de lado y lado. Allí, nuevamente fue Berrío el que la tuvo cara a cara con el portero y terminó estrellando la pelota contra el palo.
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Por el lado local, fue Hugo Rodallega el que siguió insistiendo. Una media volea dentro del área que se fue por arriba y otro par de remates a las manos de Aguerre se sumaron a su cuenta. Pero, sí el portero uruguayo respondió, Mosquera Marmolejo no se quedó atrás con una atajada providencial en un mano a mano con Léon Muñiz, sobre los 78 minutos de juego.
Esa fue la última gran posibilidad de un partido que luego entró en el ritmo del cuidado, el manejo y el orden para decretar la paridad en el primer sorbo de la final.