Un dramático momento se vivió en el cierre del Gran Premio de Austria por la Formula 1. Carlos Sainz, quien venía de consagrarse campeón en la jornada de Silverstone durante la semana anterior, sufrió de un grave inconveniente en su auto y tuvo que abandonar la carrera.
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Sobre la vuelta 59 de 71, Carlos Sainz iba encaminado en el podio de la carrera, incluso buscaba adelantar a Max Verstappen; sin embargo, el auto dejó de responder en medio de una de las rectas, sin capacidad de respuesta alguna. Todos los integrantes de la escudería se agarraban la cabeza y no podían creérsela.
Justo cuando el auto se detuvo en totalidad, su motor se incendió a los segundos. Sainz casi no podía salir del monoplaza, mientras el equipo de rescate se demoró una eternidad en ayudarlo. Por fortuna, abandonó la carrera en perfectas condiciones y sin ninguna quemadura.
El piloto español, por obvias razones, no pudo competir más en el Gran Premio de Austria. Lo más importante fue su estado de salud. Su compañero de escudería Charles Leclerc quedaba en el primer lugar y tenía que salvar las papas a nombre de Ferrari.