Cultura

“¿Para qué estudiar? Pues eventualmente para hacer”: Oscar Salamanca

El decano de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá analiza en Silla de Gerentes el futuro de las profesiones vinculadas con el arte y su importancia para la sociedad contemporánea.

Silla de Gerentes
Oscar Salamanca, decano de la Facultad de Artes y Diseño (Helber Vargas Vargas)

¿Cómo funciona una facultad que es Artes y Diseño a la vez? Es decir, esta es una facultad en la que está arquitectura, pero también está diseño de modas, una facultad en la que está artes visuales, pero también artes plásticas...

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Dentro de la aparente uniformidad hay una gran diversidad en esto del arte y sí, tenemos arquitectura, artes plásticas, diseño industrial, diseño gráfico, diseño visual interactivo, realización en animación, fotografía y actualmente tenemos publicidad, pero pronto migrará a otra facultad. Son diversos campos, unos asociados a una Génesis, que tienen mucho que ver con con el arte, con la arquitectura y artes plásticas, pero el otro mundo está muy relacionado con el diseño. Y aunque aparentemente son como dos mundos muy diferentes, la base común de conocimiento que nos que nos une nos permite trabajar en en temas que para para todos nosotros son importantes, como por ejemplo temas asociados con la composición, que nos permite entendernos y unificar, pero también entender que desde el ámbito de la técnica es muy diferente a hacer o diseñar un objeto o diseñar un vestido o diseñar un edificio. Eso también permite que nuestros estudiantes centren su trabajo y su experiencia académica sobre estos procesos.

Pasaba sobre todo antes, pero aún se escucha el: “¿usted para qué va a estudiar artes? ¿Para aprender a pintar?”. Cuénteme por qué alguien que tenga la vocación debe tomar una línea profesional en artes.

Las artes en general y en el mundo en el que nosotros nos movemos, que es el mundo de la creatividad, son un asunto de la humanidad como especie. Pero en la Facultad en particular hay un trabajo significativo sobre estos aspectos; en primer lugar, es desarrollar toda una experiencia alrededor de eso que se entiende como el campo de lo creativo en las artes y el diseño. Ahora bien, ¿por qué estudiar una carrera en artes o en diseño? Pues sustancialmente porque los artistas, Artistas con A mayúscula, se hacen preguntas que inquietan a la humanidad y dan respuestas a través de sus obras. De alguna manera se hace una especie de crítica frente a lo que está pasando en el mundo, y a través de esas expresiones de lo que llama uno arte es posible establecer una especie de signo de admiración frente a lo que está pasando. ¿Para qué estudiar? Pues eventualmente para hacer. Yo siempre pienso que siempre hay que ser o intentar ser un buen ciudadano. Y creo que a través del arte es posible lograr mejores ciudadanos, sensibles frente al mundo y comprensibles frente a la realidad de lo que pasa y lo que significa el otro. Ahora, las maneras como se expresa esto son muy diversas, porque en en nuestra facultad, como lo decía antes, hacer un vestido tiene una lógica, hacer un edificio tiene una lógica e implica técnicas diferentes y técnicas diversas, pero también aspectos conceptuales que no son comunes, y esto es lo que es también muy valioso dentro de lo que hacemos en la facultad y es muy valioso también dentro de lo que significa para una sociedad tener artistas.

Además porque en la Tadeo hay una apuesta por el desarrollo de proyectos de los estudiantes, que se unan la práctica y la teoría...

Sí, la universidad ha declarado desde hace algunos años un modelo pedagógico, y en ese modelo hay un capítulo en particular que habla de la metodología proyectual y que es inherente a lo que hacemos nosotros en la facultad. En esta metodología hay tres líneas significativas en lo que nosotros desarrollamos en cada uno de los programas: una asociado a la línea técnica o lo que llaman la tecné, otra es la teoría, y la otra es la praxis, que es la práctica. Entonces teoría y técnica confluyen aquí en la práctica, y la práctica también tiene sus propias lógicas, tiene técnicas y teorías también en sí misma. En esos proyectos es posible entender que el hacer y el pensar confluyen para desarrollar soluciones que le son pertinentes a la humanidad, soluciones sobre temas sensibles actuales: pensar sobre la sostenibilidad del planeta, la pobreza, todas estas cosas que le conciernen a a la humanidad y el mundo contemporáneo.

¿Cómo ha sido para un arquitecto como usted este ejercicio de jugar con técnicas, artes y saberes que si bien tienen una base común que usted ya nos dejó ver, son disímiles y se cruzan y se contraponen a veces?

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Esa es la parte quizás fascinante de estar al frente de la facultad, porque sí, hay temas que compartimos, pero definitivamente hay temas en los que tenemos mundos muy diferentes. Pero es en el diálogo y en las interacciones en donde es posible tejer -usando un término del diseño de modas-, como unos textiles conceptuales que nos permitan trabajar todos en conjunto y encontrar esos puntos comunes que de alguna u otra manera es posible trabajarlos en proyectos comunes, trabajando sobre soluciones pero cada uno da una respuesta desde su campo de conocimiento propio.

¿Con qué se va a encontrar el estudiante de la Facultad de Artes y Diseño de la Tadeo?

Con un mundo fantástico porque, primero, el edificio de la facultad es un edificio que invita a encontrarse con el paisaje y dos paisajes muy particulares: uno asociado con la ciudad, pero también otro paisaje asociado con los Cerros Orientales, que son fantásticos, monumentales. También se va a encontrar con espacios de encuentro donde se habla sobre composición, sobre técnicas muy particulares de cada uno de los de los ámbitos de conocimiento, pero también sobre maneras de conceptualizar esto que estamos planteando alrededor de esto que se llama el arte y el diseño. Y también va a encontrar unos espacios fantásticos, que es lo que son estos escenarios de práctica que son nuestros talleres, que en algunos casos también los llamamos laboratorios, pero que están allí precisamente para que dé de manera muy tranquila esa confluencia entre la teoría y la práctica.

¿Cómo están entrando ustedes en ese juego de incluir herramientas como la Inteligencia Artificial?

Ese es un mundo complejo. Es indudable que la inteligencia artificial ha entrado en la vida de todos y ha afectado también el arte. Lo importante es saber entender qué significa eso y qué ha significado eso para la humanidad. Yo insisto, por ejemplo, que hace un siglo exactamente estábamos pasando por un momento muy semejante, pero el cambio era del mundo de lo figurativo al mundo de lo abstracto. Ahora estamos pasando del mundo de lo abstracto al mundo de la multiplicidad. Vamos a ver si esa hipótesis se corrobora o no, pero pareciera que estamos pasando de un mundo al otro y sabemos que está pasando, pero ahí con exactitud no sabemos exactamente qué es lo que está pasando. Y exactamente hace un siglo estábamos en lo mismo: hubo cambios en los empleos de las personas, hubo un proceso de profesionalización, surgieron nuevos campos de trabajo, otros desaparecieron... exactamente lo mismo que está pasando. Y frente a eso, somos conscientes de que las cosas están cambiando e incorporamos una cantidad de herramientas de índole tecnológico que nos permitan abordar estos planteamientos. Pero también hay mucho en la sensibilidad de lo que significa hacer las cosas. Un poco lo que vemos aquí con con estos trabajos de los estudiantes es también acercarse al material, sentirlo, notar la textura. Esas cosas son importantes para poder entender en particular las técnicas con las cuales se trabaja. Entonces creo que son como los dos mundos que están ahí, debatiéndose de manera quizás paradójica para dar esas reflexiones sobre lo que está pasando.

Va la entrevista completa con Oscar Salamanca en nuestro canal de YouTube

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