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Llore, pero no “muera” emocionalmente si afronta un divorcio

Tenga claro que la persona más importante es usted. No se deje presionar y tome una decisión con tranquilidad.

«Cualquier tipo de emoción es importante, si tiene ganas de llorar hágalo, pero exprese sus sentimientos de forma adecuada después de la separción», Carlos Maldonado, master en programación neurolingüística.

Entró a la lista de divorciadas y se siente como en un capítulo de esas películas en las que los hombres no valoran su verdadero ser. Es un sentimiento frustrante, además porque después de tantos años de casada, e incluso de noviazgo, salió del mercado.

La preocupación radica en cómo superar la tusa y en volver a estar vigente o atractiva. Sin embargo, en lo primero que debería pensar es en su bienestar, ese fue un capítulo importante de su vida pero se acabó. No hay nada que hacer.

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Eso sí, hay algunos consejos que le servirán para superar esta etapa. Consultamos con Carlos Maldonado, master en programación neurolingüística y coaching estratégico en Cume, sobre este tema y estas fueron sus recomendaciones:   

Reconocerse como la persona más importante de su vida: generalmente cuando decimos “sobrevivir” a un divorcio eso se traduce en “sin la otra persona no puedo vivir”. Como el cerebro es magníficamente inteligente y dice eso, él hace lo necesario para no vivir sin esa persona.

La felicidad no se encuentra al lado de nadie: es muy bueno tener compañía y disfrutar tiempo con alguien. Sin embargo, si las cosas se acaban eso no quiere decir que nunca más será feliz. Todo lo contario, cuando inicie una nueva relación que sea con una persona que sepa ser feliz solo.  

Viva el duelo, no lo reprima: cualquier tipo de emoción es importante, si tiene ganas de llorar hágalo, pero exprese sus sentimientos de forma adecuada. Ocurre que muchas personas buscan sexo o alcohol, y la idea es vivir con inteligencia emocional esta etapa.

Aprenda a hacer acuerdos: esto es importante para la próxima vez que vuelva a suceder. Las relaciones se acaban porque las personas no cambian y no debería ser así, si se conocen de una forma por qué deben cambiar. Las relaciones no son un reformatorio.

Hay que ser feliz: aunque no es un concepto fácil, es sencillo. La felicidad no es un destino, la felicidad es interna y es mejor traducir el término como aprendizaje.

Hijos en medio

Para muchos la separación se complica si hay hijos. Muchas parejas prefieren aguantar y deciden compartir así ya no exista amor. Maldonado comenta que los hijos no deben ser un impedimento para ser feliz y mucho menos para un divorcio, “uno es la persona más importante de su vida   y no hay que tomar ese tipo de decisiones pensando en ellos, sino a título personal”.

Aunque puede sonar egoísta, los hijos crecen y ellos tal vez se enfrentarán a lo mismo. La idea es vivir feliz y no amarrada a lo que pudo ser, “no pida afuera algo que no lleva adentro”, añade el experto.

¿Amor o apego?

Reflexione si su relación está llegando a su fin. Lo ha intentado todo pero siente que ya no es igual, pero aún así continúa con esa persona puede ser apego.

Hay que aprender a diferenciar entre apego y amor. Si su pareja quiere saber todo de usted a toda hora y no hay tranquilidad, eso es apego. “Evidentemente cuando las personas se acostumbran a estar juntas, las tusas no deberían durar  más de tres días y eso dicho también por especialistas en relaciones de pareja”, agregó Maldonado.  

Finalmente, y como punto a favor, las mujeres afrontan mejor los divorcios. Puede que mañana usted llore y él esté como si nada, pero dentro de unos meses usted estará bien y él estará llorando.  

Todos estamos diseñados para estar en pareja, que decidamos estar solos es otra cosa. Pero no hay que afanarse y menos por la sociedad, vaya paso a paso. La única forma de estar bien consigo mismo es hacer la dieta del “te”: amarte, respetarte y valorarte”, concluyó Maldonado.

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