Desde hace mucho tiempo se ha creído que un vaso de agua caliente con limón en ayunas adelgaza. Sin embargo, esto no es más que un mito sin valor científico, según la nutricionista Consuelo Pardo.
Resulta que el agua por si sola, o con limón, fría o caliente, no tiene ningún efecto sobre los depósitos de grasa en el organismo. Aunque el agua es un nutriente esencial, que cumple funciones como la de transportar sustancias, mezclada con el limón no ayuda a perder peso.
Pero el agua por sí sola tiene beneficios, pues ayuda con las funciones digestivas, además de ser fundamental como componente de la saliva, de los jugos gástricos, y como transportador de las sustancias nutritivas y de desecho que forman la orina. Por supuesto, no podemos dejar por fuera el hecho que hidrata la piel y mantiene limpio el organismo.
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Pardo también añadió que el limón es una fruta cítrica que proporciona vitamina C, cuya función es ser antioxidante y contribuye a mantener el sistema inmune. Y si lo toma con agua caliente influirá en la velocidad de absorción de la misma, que cuando se lo toma con agua fría.
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