Tomarle una foto a su gato podría ser perfectamente una escena de Misión Imposible, los felinos no se quedan quietos, se dan la vuelta o simplemente sacan su peor cara.
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Por eso captar ese momento único, sobre todo para el amo que lo cree el animal más bello sobre la faz de la tierra, es una tarea maratónica. Sin embargo, las horas de sufrimiento se acabaron porque con estos tips podrá retratar su mejor perfil.
Primero llénese de paciencia porque un gato no es igual que un perro, es muy difícil que el cuadrúpedo se deje tentar por una galleta o algún pasabocas para que mire a la cámara. En este caso lo que debe hacer es llamar la atención con sus manos, pues tenga en cuenta que ellos no responde a ordenes y le tocará esperar hasta que se acomode por sí solo.
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Si está muy inquieto no intente sacar el estudio fotográfico, en serio.
No use flash, la idea es que tome la foto en un lugar con luz porque los ojos del gato son muy susceptibles a la luz y su reacción es cerrarlos. Si no es así, seguro quedará como un zombie felino.
Los fotográfos de animales recomiendan usar el patio o un lugar con mucha luz.
Tome las fotografías a su nivel porque el gato lo mirará directamente y no se sentirá intimidado. Recuerde que es un animal independiente.
Una opción buena es tomar al gato por sorpresa, pero no asustarlo. Entrar sigilosamente donde está el animal puede ser una excelente alternativa.
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