Según el estudio al estar solos, los hombres no llegan ni a 21 segundos sin revisar su celular.
¿Le ha pasado que no pueden dejar de revisar su teléfono aunque no tenga notificaciones nuevas? ¿Se le quedó el celular en casa y por ello se ha llenado de ansiedad? Este es un mal que afecta a muchas personas.
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En la sociedad actual, millones de personas poseen smartphones y los utilizan frecuentemente. Sin embargo, hay quienes se vuelven adictos a esta tecnología.
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Temple en Philadelphia , aunque los teléfonos celulares no cuentan por sí mismos con factores adictivos como la nicotina o el alcohol, se han convertido en una adicción para miles debido a características especiales de la personalidad.
Eso quiere decir que quienes tienden a esperar gratificaciones inmediatas por sus acciones (comentarios en redes sociales, “likes” o respuestas a mensajes) están expuestos a caer en la adicción al celular, así como las personas impulsivas y con dificultades para controlarse.
Pero, ¿quién tiene más adicción a estar revisando el Smartphone, hombres o mujeres?, pues bien Un experimento, dirigido por Kaspersky Lab y por las Universidades de Würzburg y Nottingham-Trent, ha demostrado que los participantes que esperaban en salas, solo tardaron un promedio de 44 segundos para revisar su celular. De hecho, los hombres no alcanzaron este tiempo (solo 21 segundos), mientras que las mujeres esperaron 57 segundos.
Para profundizar en este estudio sobre dispositivos digitales, después de diez minutos se le preguntó a los participantes cuánto tiempo creían que habían estado sin utilizar sus teléfonos móviles. La mayoría afirmó que entre dos y tres minutos, demostrando la desconexión significativa entre la percepción y el comportamiento real.
Jens Binder, de la Universidad de Nottingham-Trent, dice que “el experimento muestra que la gente está más atada a estos dispositivos de lo que creen, sobre todo cuando están a solas. La inmediatez de la información y las interacciones realizadas a través de nuestros dispositivos móviles hacen que éstos sean más que una pieza de tecnología, convirtiéndose en un compañero digital, así como en una conexión con el mundo exterior”.
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Asimismo, esta investigación demuestra que la compulsión por revisar constantemente el teléfono podría deberse al miedo de perderse algo por no estar en línea (FOMO, por sus siglas en inglés).
Además, en una encuesta paralela, los participantes que utilizaban sus teléfonos con mayor intensidad admitieron tener mayor miedo a perderse información.
“Cuanto más usan sus teléfonos, más se preocupan de perder información si no están utilizándolos. Es difícil determinar cuál alimenta a cuál, si la preocupación de estar desinformada ocasiona que la gente lo use más o es el exceso de uso el que ocasiona la preocupación de perder información”, afirma Astrid Carolus, de la Universidad de Würzburg.
Por otro lado, este estudio muestra que cuanto más se usa un celular, más se estresa la persona. Pero, sorprendentemente, cuando a los encuestados se les preguntó sobre su felicidad, en general no hubo diferencias significativas entre los usuarios moderados y los frecuentes. En este sentido, el estrés causado por el uso del smartphone no parece tener una influencia importante en el bienestar general.
Durante la sesión de espera de diez minutos, los participantes, en promedio, utilizaron sus smartphones la mitad del tiempo (cinco minutos). Una investigación previa, llevada a cabo por Kaspersky Lab, demostró que las personas dependen de los dispositivos móviles como si se tratasen de una extensión de sus cerebros.
“Los smartphones son una parte fundamental en nuestras vidas, pero es importante tener en cuenta que es únicamente un dispositivo. Tenerlo en todo momento nos hace olvidar cómo son de valiosos los recuerdos personales u otros datos que almacenamos en estos dispositivos”, asegura David Emm, analista senior de ciberseguridad en Kaspersky Lab.
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