Tacómetro

BMW Serie 3: El emblema del sedán deportivo crece en tecnología y espacio

Una octava generación más grande, con tableros digitales y asistencias por doquier, no pierde el espíritu que ha hecho al BMW Serie 3 uno de los autos más deseados del mundo.

(www.guenterschmied.com)

La historia de BMW se ha basado en sus sedanes compactos deportivos. No fue la primera marca en inventar la teoría de un auto compacto con mejor motor: Alfa Romeo, Rover y Triumph tuvieron mojones en ese aspecto. Pero la que desarrolló y perfeccionó este planteamiento fue la compañía bávara, primero con los famosos 2002 y después, desde los años 70, con los BMW Serie 3.

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Por esto, cada cambio de generación de la Serie 3 de BMW es muy seguido por el público. La combinación de chasís, motor, accesorios y deportividad es una referencia mundial. La marca de la hélice tiene otros emblemas, como la berlina Serie 7, y en los últimos años saca múltiples modelos de SUVs a voluntad. Pero «el» BMW será siempre un sedán capaz de devorar las autobahnen, los pasos de montaña y de descrestar por su lujo.

La séptima generación del BMW Serie 3, G20 para los conocedores, llegó a Colombia casi al mismo tiempo que a Estados Unidos. Es una situación loable que presenta Autogermana, su importador: las novedades llegan cada vez más rápido a los entusiastas. En este caso, antes de que haya desarrollos como los deportivos M y las versiones híbridas. En el país sólo está disponible, para el modelo 2020, la versión 330i.

El diseño no ha cambiado mucho, pero las líneas son mucho más sólidas. Al frente, las luces LED tienen una curiosa muesca que recuerda a la cuarta generación E46. El diseño se ve más esculpido y agresivo, y las luces traseras son más lineales, aprovechando el uso de LEDs. Pero elementos como la icónica parrilla de doble riñón son marca de la casa, aunque cada vez más grande y notoria.

El interior tiene el clásico desempeño alemán, sin muchos detalles distractores. El tablero digital de 12 pulgadas separa el tacómetro y el velocímetro para ofrecer en el centro espacio al sistema de navegación. También se contempla una gran pantalla de casi 10 pulgadas sobre el tablero, que controla el conocido sistema de infoentretenimiento iDrive.

Que rueden las máquinas

Por supuesto, todos estos son simplemente atractivos para el verdadero espíritu del BMW Serie 3: el movimiento. Para la versión más reciente de esta máquina, la marca alemana dispuso un motor de 2.0 litros con doble turbocargador. Pierde la transmisión manual, una lástima, aunque se compensa con la soberbia caja automática ZF de 8 cambios.

Los 245 caballos de este motor pasan a las ruedas traseras en un esquema clásico, que permite girar maravillosamente. En las vías de la Sabana de Bogotá se destacó el excelente soporte del chasís en curvas y contracurvas. Así mismo, las suspensiones absorbieron decentemente los huecos, aunque hay que tener cuidado con la integridad de las llantas de perfil bajo. Y el motor y caja brillan ante el menor pedido del pie derecho.

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Otro elemento a tener en cuenta es la flexibilidad del vehículo. En el modo de manejo confort es una berlina que reacciona con delicadeza y se deja llevar en trancones. Cuando la vía se abre y se pone el modo deportivo, la transmisión dispara los cambios con mucha velocidad. La suspensión se vuelve muy firme y la dirección es directa y comunicativa, pidiendo cada vez más y más al conductor. Claramente hecho para las autopistas sin límites de velocidad alemanas, no para las vías llenas de cámaras de fotomulta colombianas.

La caja manual quedará reservada para el M4 que se presentará a finales de este año, y posiblemente al M3. Para el 99% de los usuarios, la transmisión automática (sobre todo una tan buena como la ZF) es suficiente. Pero para los entusiastas, sobre todo en un país donde BMW vende más deportividad que lujo, la falta del tercer pedal es una ausencia notoria.

Los juguetes para no distraer

Lo que no falta en el BMW Serie 3 es la tecnología y los gadgets. Aún cuando todos los vehículos del mercado tratan de tenerlos, en un auto de lujo hay que brillar. El tablero digital es uno de los elementos, así como un display contra el parabrisas no disponible en Colombia. Las asistencias son amplias, con un excelente mecanismo de sensores y cámara de reversa y lectura de señales de tránsito.

Hay dos vertientes que se distinguen, principalmente, en estética. La versión más equipada es la Serie M, que cuenta con aditamentos más deportivos en las tomas de aire y rines de 19 pulgadas. Existe una versión más básica, SportLine con rines de 17 y 18 pulgadas, más discreta. Algo a tener en cuenta para un sedán que cada vez es más un vehículo de gran lujo que de entusiastas.

No por el alma, ni mucho menos, sino por el aumento de tamaño. Hace 20 años, el tamaño del actual Serie 3 sería cercano al del Serie 5. Hoy en día el vehículo más compacto es el sedán Serie 2, que a su vez tiene el tamaño cercano al de las Serie 3 más reconocidas. Es cosa de la planeación: los clientes siempre quieren tres centímetros más de espacio, cinco caballos más de potencia, un kilómetro por galón más de consumo.

Esta séptima generación del BMW Serie 3 ofrece eso. Más espacio, más potencia, más comodidad, más tecnología. Con precios que rondan los 150 millones de pesos, y que podrían aumentar rápidamente dada la tendencia del dólar, no son comunes. Pero son un objetivo, y para la marca  que lucha a dentelladas con Mercedes-Benz la punta de los autos premium en el país, esta versión es muy esperada.

Ficha técnica

Vehículo: BMW 330i SportDesign 2020

Motor: 2.0 litros con doble turbocargador, 248 caballos de potencia

Transmisión: automática de 8 velocidades con levas en el timón

Tracción: Trasera con tres modos de manejo

Precio: desde $142’990.000. En prueba: $147’990.000

 

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