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15 lecciones de paz, 25 años después del acuerdo con el M-19

Este lunes se conmemoraron 25 años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y esa guerrilla, con un acto simbólico en la Plaza de Bolívar.

Este lunes se conmemoró el primer cuarto de siglo de uno de los acuerdos más trascendentales entre la insurgencia y el Estado en Colombia: aquel que el 9 de marzo de 1990 firmaran los comandantes de la guerrilla del M-19 y el gobierno de César Gaviria.

El acuerdo dio paso nada más y nada menos que a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 de la cual resultó la actual Constitución colombiana.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, reconocieron en un acto conmemorativo realizado en la Plaza de Bolívar, desde el presidente Juan Manuel Santos, hasta el senador Antonio Navarro Wolff, quien encabezó un acto simbólico en el que junto al mandatario y otros protagonistas de la firma del acuerdo del 90, como el alcalde Gustavo Petro o el entonces ministro de Defensa Rafael Pardo, se firmó un nuevo compromiso, esta vez para reafirmar su voluntad en la búsqueda de la paz definitiva para el país.

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Santos no escatimó en valorar la importante decisión de los entonces comandantes guerrilleros, muchos de los cuales, como los mismos Petro y Navarro, lograron, por los votos y no por las armas, hacerse un lugar en la democracia colombiana. Del mismo modo, aprovechó para mandar un mensaje a las Farc e invitarlas a seguir el ejemplo del M-19. «la lección principal que nos deja esta experiencia (la firma con el M-19) es que sí se puede logra la paz y que a través de la misma se pueden lograr objetivos que no se alcanzan por medio de las armas”, dijo el mandatario.

Esa no es la única lección. De hecho, Navarro presentó las que para él son las 15 lecciones sobre la paz, a 25 años del acuerdo que se conmemoró este lunes. Estas són:

1. Hay que negociar la paz. La continuidad del alzamiento en armas y la prolongación del conflicto armado, «es una equivocación». «Eso lo entendimos hace 25 años y la historia nos ha dado la razón», dijo Navarro.

2. El perdón y la reconciliación son posibles. Ejemplos, para Navarro, sobran. Desde la reconciliación de Álvaro Gómez Hurtado con el M-19, hasta la voluntad de paz de las hijas de Carlos Pizarro, asesinado tras su desmovilización.

3. Los guerrilleros deben continuar organizados.  Tras la desmovilización, los combatientes deben organizarse haciendo política, pues disolver los lazos que los unen harían que cayeran en la delincuencia común, pues muchos no saben usar más que las armas.

4. Lo más efectivo en la reinserción es la desmovilización. «Hoy todos los antiguos guerrilleros del M-19 son bachilleres y, algunos, profesionales. Fue el programa que mejor funcionó en la reinserción», indicó el senador.

5.  Debe haber presencia integral del Estado. Para que la paz pueda consolidarse es necesario que el Estado llene los vacíos en los territorios de los reinsertados, para que estos no sean llenados por nuevos grupos delincuenciales.

6. Solución jurídica para todos. Para Navarro, «militares presos y exguerrilleros libres es una situación insostenible» y por eso los mecanismos de justicia transicional deben aplicarse para todos por igual.

7. Castigos severos no implican, automáticamente, menor reincidencia. «Paramilitares presos en Estados Unidos, han tenido castigos severos y muchos de sus subalternos reincidieron en las Bacrim. En cambio, guerrilleros libres en los 90 han sido acompañados de bajísima reincidencia. El asunto es más complejo que la fórmula simplista de duros castigos», explica Navarro.

8. Empleo para los reinsertados. Debe garantizarse trabajo para quienes dejen las armas, no solo por la posibilidad de reincidencia, sino porque, sin el capital o el apoyo necesarios, los proyectos productivos terminarán fracasando. «Quienes consigien empleo les va mejor».

9. Incorporar desmovilizados a los cuerpos de seguridad es posible. En su momento, desmovilizados del M-19 se incorporaron al DAS con muy buenos resultados. Lo mismo podría hacerse con nuevos desmovilizados en otros cuerpos de seguridad.

10. Las dificultades más graves se presentarán en el posconflicto. «La muerte de Carlos Pizarro 46 días después de firmar la paz, pero el M-19 mantuvo su palabra», dijo Navarro al señalar que, sin importar las dificultades, estas deben superarse en aras de mantener la paz.

11. Una paz negociada es imposible sin generosidad. Tanto el Estado como la sociedad deben entender que no se negocia con los derrotados, sino con quienes no pueden conseguir la victoria.

12. La paz negociada no resuelve todos los problemas de la sociedad. Para Navarro, lo que se busca es la oportunidad para resolver esos problemas sin recurrir a la violencia, pero la firma de la paz no significa solución automática a los problemas.

13. Cada momento histórico es distinto. No es igual el país de los 90 que el actual. Son realidades distintas y por tanto, la paz negociada debe ser distinta y tener alcances distintos.

14. La firma de la paz no implica el inicio de nuevas violencias. Si bien la década de los 90 fue una de las más violentas de Colombia, coincidiendo en que se dio después de la firma con el M-19, una cosa no tuvo que ver con la otra, pues fueron sucesos paralelos.

15. Hay que ganarse el corazón de la opinión pública. Si los guerrilleros no se ganan el respaldo de la sociedad, la paz negociada y su papel en el posconflicto no perdurará. La opinión nacional debe respaldar los movimientos que surjan después de la paz.

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