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Víctimas piden someter a las FARC a la justicia

El video en el que «Jesús Santrich», plenipotenciario de las Farc, responde un desinflado «quizás, quizás, quizás» a la pregunta de un periodista español sobre pedirle perdón a las víctimas, y que parecía definir una posición de la guerrilla en este tema, ha dado un giro.

Las Farc anunciaron en su página web que en la mesa de negociación se abrirá «el capítulo que permitirá establecer la verdad histórica que condujo a más de sesenta años de desangre nacional, a la identificación de las víctimas y a su necesaria reparación».

Aunque esta no es la primera vez que la guerrilla acepta sus víctimas. El llamado canciller de las Farc, Rodrigo Granda, dijo el 24 de febrero pasado, en entrevista con El Colombiano: «Estamos dispuestos a hablar con la gente que en algún momento podamos haber perjudicado, creemos que hay un punto de víctimas en la agenda y eso lo vamos a discutir (…) Hemos sido víctimas, pero no digo que involuntariamente pudimos haber perjudicado a X o Y personas o comunidad. Son víctimas de un conflicto y estamos interesados en que se conozca lo que ha pasado en este país».

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Sin embargo, pese a las palabras de las Farc, para unas víctimas no pasa «este discurso» de una leve luz de esperanza, y para otras, de unas cuantas palabras de demagogia.

El abogado Jaime Restrepo, presidente Asociación de Víctimas de la Guerrilla Terrorista, dijo que no es necesario que «las Farc reconozcan lo que ya sabemos, no tienen que reconocer lo evidente; ellos lo que tienen que hacer es someterse a un mínimo de justicia, como lo dicen los estatutos internacionales».

Restrepo argumentó que los guerrilleros no tienen que darles nada a las víctimas, «los que tenemos que darles a ellos somos nosotros, que es el perdón, sobre todo cuando cuenten la verdad integral de todo lo que ha sucedido».

El abogado también agregó que el afán de las Farc por reconocer a las víctimas se debe «a que por las burlas que han hecho los terroristas, se pueden estar tirando el proceso de paz. Por su soberbia se les está yendo al suelo una negociación que el pueblo colombiano no va a validar».

Elsa Peña, hermana del desaparecido cabo Luis Hernando Peña, de quién no se sabe nada, solo una escueta y contradictoria versión que dice que el uniformado fue fusilado porque perdió la razón, dijo creer que las declaraciones de las Farc se deben «a estrategias políticas y militares, uno sí quisiera creer que las cosas se hicieran de corazón».

La hermana del cabo Peña dijo que, para ella, lo principal es que le digan dónde quedó Luis Hernando, qué pasó con él: «Yo descansaría si alguien se sienta con uno y le dice dónde está. Uno descansa si le cuentan qué pasó y dónde está, recuperarlo, las pruebas de todo. Después viene la siguiente parte que es pedir perdón, la no repetición, mostrar signos de verdadera convicción, pero eso es lo de menos».

Amparo Mejía, presidente de la corporación Madres de la Candelaria, aseguró que ella siempre ha sido pesimista, «cuando esto pasó con los paramilitares y ahora». Mejía coincidió con Elsa Peña en que lo más importante es la verdad: «Esto es un buen signo. Sin embargo yo exigiría más que un perdón, que nos cuenten dónde están enterrados nuestros familiares, que nos entreguen a los secuestrados».

Antecedentes

Muchas víctimas que quieren verdades

El Centro de Memoria Histórica publicó hace unas semanas un informe titulado ¡Basta Ya… en el que se hace un recuento de las víctimas que ha dejado, por más de 50 años, el conflicto armado. Esto nos habla del reto que es, tras firmar el cese de la guerra, reparar a las víctimas. Allí consta: Se asesinaron 220.000 personas, se cometieron 1.900 masacres; entre 1981 y 2012 hubo 23.161 asesinatos selectivos; entre 1988 y el 2012 se registraron 95 atentados terroristas que dejaron un saldo de 1.566 víctimas; hay más de cinco millones de desplazados. Resumiendo: desde 1986 cada 12 horas fue secuestrada una persona.

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