Los mismos medios tradicionales que han hecho que nuestros padres y abuelos elijan malos presidentes durante años, hoy nos piden prestarle atención a la “tripleta de administradores eficientes”. Veamos que tanto hay de cierto en eso de “eficientes”.
PUBLICIDAD
Por el lado de Alex Char, el ex alcalde entregó las finanzas de Barranquilla en estado de “deterioro”, según el Departamento Nacional de Planeacion, en su reporte del año 2020, siendo así la peor calificada entre las 20 ciudades principales del país.
Adicionalmente, gastó 68 mil millones de pesos en pauta oficial ente el 2016 y 2017. Casi lo mismo que Bogotá. Es tanta la dependencia de los medios locales a la pauta oficial que la Fundación para la Libertad de Prensa -FLIP- etiquetó cómo “tóxica” la relación entre la alcaldía de Barranquilla y los medios locales.
Federico Gutiérrez fue otro el alcalde que disparó su imagen a punta de publicidad. En el informe “Fico, el alcalde vanidoso”, emitido por la FLIP, se dio cuenta de su gasto en pauta oficial de 130 mil millones de pesos, mayor que el de Bogotá.
Adicionalmente, las banderas de seguridad que enarbolaba en su gobierno fracasaron. Según cifras oficiales, el número de robos, homicidios y desplazamientos aumentó durante el periodo de Fico, en comparación con el inmediatamente anterior.
Y para finalizar con Peñalosa, quien abandera el desarrollo urbano, en su último mandato se encontró -según La Silla Vacia- que la empresa que más ganó grandes contratos con el IDU (Instituto de Desarrollo Urbano) la gerenciaba una ex funcionaria del mismo Peñalosa.
En resumen, los creadores de la desigualdad extrema, la corrupción extrema, y el despilfarro extremo, hoy nos quieren “salvar de los extremos”. Eso sería como echarle limón a la herida. Esta “tripleta” no puede estar más desconectada del momento histórico que vive Colombia, que reclama un gobierno que por primera vez se ponga del lado de los ciudadanos, y no de sus propios intereses.