Se cumple una semana de la detención domiciliaria del expresidente Álvaro Uribe Vélez, detención que a todas luces no solo es arbitraria, injusta y desproporcionada, sino a la vez contiene dicha decisión una “pastoral” de irracionalidades, todas ellas juntas para fundamentar una decisión llena de conjeturas imaginarias. ¿Por qué se da el proceso? Todo nace de las múltiples visitas que hizo el senador Cepeda, quien se cobija con el “fuero” de “defensor” de los Derechos Humanos y durante años se ha dedicado a presionar y “recoger” testimonios revanchistas de “fichas” del narcotráfico y el paramilitarismo, incluso en cárceles en el exterior, con el propósito de comprometer la honorabilidad del expresidente con actos delictivos.
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Pocos días antes de la detención de Santiago Uribe Vélez en Medellín, el senador “defensor” de los derechos humanos, brindaba whisky con el testigo “estrella” del caso de Santiago, y hoy testigo en el caso de Álvaro Uribe por los supuestos cargos de manipulación de testigos y fraude procesal. Celebraban en el pabellón de la cárcel La Picota en Bogotá, brindaban felices los maleantes porque veían cercana la captura del hermano menor del expresidente Uribe, brindaban, brindaban y brindaban al tiempo el testigo “estrella” y el “defensor” de los derechos humanos, expresaban sin rubor alguno y públicamente: “así traemos a esto a Uribe”, al tiempo que hacían gestos como quien arrastra algo con una pita.
De montajes está lleno el mundo judicial, y no solo por tratarse de todo lo que le han intentado hacer y montar al expresidente Uribe, con el ánimo de pasarle la factura de sus aciertos en la seguridad democrática, sus posturas en la tesis del Estado de Opinión y, desde luego, por su férrea defensa de la seguridad, los valores democráticos como expresión del desarrollo y la defensa de las instituciones en Colombia, en un país donde existían fronteras invisibles y múltiples actores armados pavoneándose de poder bélico y económico, nutrido desde luego por el narcotráfico. No son en vano todos los embates contra el expresidente, pues su gobierno no ha sido superado en el numero de nacionales extraditados por narcotráfico.
El “defensor” de los derechos humanos envió su primera carta en un debate en la comisión segunda del Senado, en donde el entonces presidente de dicha comisión, Jimmy Chamorro, le dio todas sus alas al “defensor” para que arremetiera en contra del expresidente Uribe e inclusive su familia, por su férrea confrontación con el gobierno Santos y el impúdico proceso de “paz” de La Habana. Al salir del debate, el expresidente Uribe presenta una breve denuncia ante la Corte Suprema de Justicia por la probable manipulación de testigos del “defensor”; tiempo después la Corte archiva dicha denuncia, inicia diligencias contra el expresidente y ordena investigar a Diego Cadena, quien ingenuamente no tomó los protocolos para tomar los testimonios y no morder el anzuelo del que hablaban Monsalve y el “defensor” en La Picota tiempo atrás, previo a la captura del hermano del expresidente.
La medida de aseguramiento “sustentada” ladrillosamente en mas de 1.500 folios, medida sin precedente en cantidad de folios alguno, se fundamenta básicamente en las múltiples comunicaciones INFORMATIVAS entre el abogado Diego Cadena y el expresidente, comunicaciones no solo con un contenido informativo de las actividades de Cadena para con sus gestiones jurídicas, sino desprovistas de cualquier tipo de conductas o expresiones que permitan dilucidar hechos de convicción hacia la realización de delitos. Así las cosas, la Corte abre un paradigma que no solo vulnera las relaciones abogados-clientes, sino también de entrada valida unas pruebas ilegales desprovistas de apego a la constitución y la ley.
Corolario: de validarse en el tiempo la ruptura de la inviolabilidad del secreto y confidencialidad entre abogados y clientes, no solo generaría una inseguridad jurídica a futuro para todas las causas, también demostraría que no solo las pruebas son ilícitas y el proceso nulo por sí de pleno derecho, por violaciones sustanciales a la Constitución y la ley. Y saber que por algo menos grave invalidaron como prueba los computadores de Raúl Reyes y le dieron libertad a Santrich… ¿ahora entienden?