El 30 de septiembre, durante la transmisión en vivo de Fox Sports Radio Colombia, programa de debate en el que soy panelista, adelanté que el fútbol profesional colombiano podía terminar en un paro de los futbolistas por la falta de interés de los dirigentes en responder a su pliego de peticiones. Este fin de semana todos los partidos de Dimayor, tanto de la A como de la B, tuvieron actos de protesta de los jugadores y lo que parecía una amenaza lejana -una huelga que detenga los campeonatos de fútbol en Colombia-, parece cada vez más cercano pues la posición de la dirigencia no sólo es la de no sentarse a negociar, sino que emitió un comunicado pidiéndole a los clubes que castiguen a sus empleados.
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Por supuesto que el tema es para debate pues para algunos las peticiones de los futbolistas son exageradas, pero lo grave, lo que me aterra como periodista, es que no sólo hay muchísimos hinchas que no saben de qué se trata la protesta sino que en muchos medios el tema pasa de agache e incluso está prohibido. Para los primeros, para los hinchas que quieren saber qué está pasando, voy a hacer una explicación breve del tema como ya se hizo en las ediciones impresa y digital de Publimetro del pasado 2 de octubre. Luego hablaré de la censura y la triste autocensura de muchos colegas.
¿Qué están pidiendo los futbolistas? Esta es la lista:
- Negociar el calendario de las competencias profesionales, períodos de descanso y recuperación.
- Concertar el estatuto del jugador de la FCF.
- Concertar el código disciplinario de la FCF.
- Concertar la minuta única de contrato de trabajo obligatoria de la FCF.
- Mejorar el torneo profesional de fútbol femenino.
- Pólizas complementarias de salud.
- Horarios, intervalos y tiempo de descanso entre partidos.
- Partido anual de la selección Colombia de mayores en favor de ACOLFUTPRO;
- Participación sobre derechos de televisión.
- Dos reuniones anuales de ACOLFUTPRO con los(as) futbolistas de las selecciones Colombia femenina y masculina en el lugar de concentración.
- Concertación del número de entradas para los partidos de los torneos locales y las selecciones Colombia;
- Adopción de protocolos contentivos de las políticas contra la discriminación, el acoso laboral y la violencia de genero.
Hay peticiones que se ven muy difíciles (los derechos de TV, el partido anual de la Selección), pero en general la invitación de Acolfutpro (la agremiación de futbolistas profesionales de Colombia) es a concertar con la dirigencia cambios para tener una mejor liga. Y si usted sigue el fútbol colombiano como yo, tiene que tener claro que nuestra liga necesita mejorar en muchísimos aspectos.
Pero la Dimayor no sólo no respondió a las peticiones (por eso la protesta), sino que además pasó a las amenazas y prometió sanciones disciplinarias para los futbolistas y, como ya dije, le pidió a los clubes que castiguen a sus empleados. El tema es complicadísimo pues es una combinación de justicia laboral con justicia deportiva que el hincha no tiene por qué entender, y es por eso que es supremamente importante que los medios muestren la situación, pero ahí llegó la nueva carta de Dimayor con la censura.
Si bien casi todos los partidos del FPC son transmitidos por TV, en WIN o en RCN, este fin de semana sólo en la señal abierta de Cali vs. América la televisión mostró ese minuto de protesta de los futbolistas peloteando sin interés tras el pitazo inicial del juego. En ninguno de los partidos de WIN se vio la protesta y, mientras los jugadores la realizaban, las cámaras mostraban las tribunas.
Como lo dije en un trino tratando de explicar lo que estaba pasando, lamentablemente si se muestran imágenes o alguien en el canal oficial del FPC habla de la protesta de los futbolistas, rodarían cabezas. Así funcionan los dirigentes y la Dimayor. A ellos les gusta sólo «que se hable de la pelota» y los comités de aplausos. No se necesita un comunicado, ni un mensaje interno: los periodistas de la cadena lo saben, saben que si hablan de esa protesta se pueden quedar sin puesto y esta es la peor de las censuras: la autocensura. No soy quién para meterme en la billetera de nadie y en tiempos en los que se cierran y se cierran medios por supuesto que entiendo a los colegas que prefieren guardar silencio a quedarse sin puesto, pero no por eso deja de parecerme triste el hecho y miserable el ejercicio de censura de Dimayor.
Porque es censura: no mostrar imágenes y no hablar de un tema es censura. Y lo peor es que el tentáculo de esta censura toca las puertas de otros medios. Es vergonzoso que a periodistas en Bogotá, que no trabajan en WIN sino en otros medios, se les quitara la acreditación de prensa por grabar la protesta de los futbolistas de Millonarios y Patriotas para subirlas a sus redes. ¿Con qué derecho? El argumento es que los derechos de video le pertenecen a WIN y RCN, así que otros medios no pueden grabar nada dentro del estadio, y que por eso les quitaron sus credenciales de prensa, lo que vuelve a poner el debate sobre la libertad de prensa en la mesa. ¿Y si lo graba un hincha le quitan el celular y lo sacan del estadio? Eso es una clarísima restricción al acceso a la información, pues una cosa es grabar goles y subirlos en una cuenta de YouTube para monetizar, y otra hacer una denuncia de interés público. Que el político que dirige la Dimayor no sepa diferenciarlo no me parece extraño, pero es bueno recordárselo.
Ahora, así como hace años la dirigencia del fútbol colombiano se blindó judicialmente metiendo magistrados y personajes de altos cargos de control en el estado colombiano a su gigantesco organigrama de comisiones y subcomisiones, garantizando de esta forma que los pleitos en su contra en la justicia ordinaria y laboral no fueran a tener pierde (curiosamente por esta vía es que el actual presidente de Dimayor entró al fútbol… ¡y vea cómo lo tiene!), también hace años se aseguró el no tener muchas críticas al contratar a editores y periodistas destacados de otros medios como comentaristas de su canal. Insisto, qué mamera meterse en billetera ajena, pero invito a los periodistas a que reflexionemos sobre esto:¿Así está la presión? ¿En serio no se puede hablar de algo más allá de la pelota? La última vez que los periodistas en masa callamos sobre lo que estaba pasando fuera de las canchas y los entrenamientos por hablar y comentar sólo sobre el juego, el narcotráfico se nos metió y se apoderó del fútbol colombiano. ¿No aprendimos de esa historia?