Estoy convencido de que el progreso, la innovación y el avance son cosas que solo podemos alcanzar gracias a personas que crean en sus sueños, pero que además de ser unos soñadores incansables, sean unos trabajadores decididos, casi que obsesionados por ver sus sueños hechos realidad.
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Ya que si no se combina ese deseo profundo con acción, será imposible que las cosas sucedan. Y lo menciono porque hay muchas personas que confunden el hecho de dejar fluir las cosas con esperar de una manera pasiva, ciega y de hecho bastante tonta a que las cosas sucedan por arte de magia. Es diferente ser un soñador apasionado que se compromete con sus sueños, a un iluso que espera ver las cosas convertidas en realidad sin dar nada de sí mismo; es diferente ser optimista ante una situación y mantenerse enfocado en el objetivo, a un tonto que cree que dejar fluir significa esperar a que todo se solucione sin hacer nada.
Cuando una persona sabe que debe hacer algo, ya sea algo que no ha hecho antes, o que reconoce que puede y/o debe mejorar y no lo hace, está declarando abiertamente su mediocridad e inferioridad ante la situación, pero más allá de eso, está conformándose con el hecho de estar peor que antes.
Permitir que las cosas fluyan, en cualquier aspecto de la vida, no quiere decir tomar una actitud pasiva ante la vida. Lo que realmente quiere decir es que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance por lograr que aquello que buscamos suceda, y una vez que nos aseguremos de que hemos dado todo, absolutamente todo de nosotros, entonces debemos ser pacientes y dar la espera suficiente para que las cosas se desarrollen y, entre tanto, mantenernos vigilantes y dispuestos a afrontar cualquier tipo de cambio o eventualidad.
Hay que hacer que las cosas pasen, dejar la pereza, las excusas y sobre todo las inseguridades para empezar a actuar, a trabajar en pro de eso que deseamos, que soñamos y que anhelamos para nuestra vida y la de aquellos que hacen parte de ella. Las oportunidades solo son evidentes para quienes están decididos a aprovecharla y eso implica que están trabajando por lograrlo.
Si deseas algo, estás trabajando por alcanzar un objetivo o cumplir un propósito y realmente quieres tener éxito debes quitarte de la cabeza la absurda idea de que las cosas sucederán por arte de magia o de la noche a la mañana. Es cierto que hay que creer para crear, pero en medio de esas dos palabras está implícito el compromiso por ejecutar, por trabajar, por hacer que las cosas pasen.
Cualquier avance, por pequeño que parezca, sigue siendo un avance, y si no tienes la determinación necesaria para trabajar por aquello que sueñas entonces será mejor que lo empieces a extrañar desde ya, estarás renunciando antes de empezar. Solo quienes tienen la firme convicción de que pueden lograr sus metas y combinan eso con trabajo constante, metódico y disciplinado pueden hacer realmente que las cosas pasen, los demás, tan solo verán la vida pasar.