Opinión

¿Porqué amamos [y nos merecíamos] B Capital?

B Capital se sigue posicionado como una de las plataformas más cool de moda en Colombia. Y es que la capital colombiana se merecía un espacio experimental que dejara a un lado el formato al cual todos estamos acostumbrados a sumergirnos; la típica pasarela rectangular blanca, los asientos enumerados, las caravanas de faux bryan boys, los vestidos de prom en los streetstyle, las posturas adquiridas del cómo debería ser una pasarela en vez de dejarse sorprender por ellas. Dejarse sorprender, como dice una amiga mía, fue la razón por la cual muchos de nosotros amamos esta edición de B Capital dejando atrás el manual de “como sobrevivir una semana de la moda”.

Inexmoda se dio cuenta de la necesidad de hacer un evento cool para la industria de la moda en Bogotá – y en el país – que como capital colombiana estaba siendo relegada a ferias que no eran proporcionales al numero de diseñadores emergentes y la demanda del creciente público que se educa en moda. Cuando me refiero a cool, hablo de ser diferente sin perder los estribos en la experimentación. Los otros eventos de moda del país siguen formatos característicos de un clásico Mercedes Benz o Colombiamoda, mientras que B Capital nos invita a a todos, diseñadores incluidos, a despertar sensaciones y a salirse de la zona de comodidad; de lo preestablecido. Y fue claro que no todos estaban listos.

La pasarela de apertura de Kika Vargas fue una puesta en escena maravillosa con una mezcla de flores, patronaje y cortes impecable, plisados y transparencias que se amalgamaban con los instrumentos en vivo y la prominente soprano, en transmitir las cuatro estaciones al tempo de Laura Villegas. Sin duda alguna, la puesta en escena se engulló el escenario y a los espectadores. Si los asistentes nos virábamos sin ser cautelosos podríamos haber terminado tropezándonos con algún vestido o como muchos, encima del escenario. Por otro lado, las pasarelas de Andrés Pajón, Manuela Alvarez, Juan Studios entre otros se llevaron a cabo en lo que muchos describían como la pecera gigante; una pasarela semicircular, con unas pocas y peleadas bancas, que terminaba en una jaula de vidrio donde los modelos se mantenían de pie para apreciar toda la colección. En el lado opuesto, las pasarelas de Olga Piedrahita, Bastardo, Leal Daccarett entre otras se llevaron a cabo en el cuadrilátero de concreto donde cada uno explotó la distribución de la pasarela a su manera; desde 90 cambios observados en el escenario, pasando por cadenas y un feto colgando del techo hasta una isla en la mitad del lugar.

Cada pasarela logró lo que para mi es el objetivo de B Capital, ¡transmitir, sacudirnos, sentir algo! crear sensaciones y opiniones, erizarnos u ofendernos, en un formato que se sale de lo ordinario. La mitad de los espectadores no están listos para entender que salirse de lo tradicional también es bueno, que sentarse en primera fila no lo es todo y que abandonar las concepciones del diagrama de una semana de la moda o de una pasarela hace parte de experimentar y hacer moda. Es por eso que B Capital – siendo su segunda versión en el mercado -, promete ser el evento de tendencias local por excelencia, el espacio para ir a ver a los talentosos diseñadores que proponen, que van más allá de lo comercial y que se arriesgan, pero sobretodo, el lugar ideal  para quienes entre tanta moda y superficialidad se nos olvida dejarnos sorprender.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.

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