La moda en la era de la tecnología fue el tema escogido en el evento cúspide del mundo de la moda: la gala del Met. Aunque el despliegue de diseños y atuendos de los exclusivos invitados que pisaban la alfombra del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York despertó todo tipo de reacciones, la conclusión se centró en el entendimiento superficial del tema. Muchos asociaron la temática de tecnología en la moda con visiones de un mundo distópico en el que priman la robótica, el espacio y trajes y vestidos plateados –en Volver al futuro hubieran creído que sería la forma de vestirnos hoy en día¬–. Sin embargo, en esta era digital, aquel futurismo obsoleto pasa a segundo plano y se transforma en una visión en la que la tecnología en la moda es proporcional al grado de fusión de la mano del hombre y la máquina.
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Cuando nos referimos a tecnología, no necesariamente nos tenemos que trasladar a un escenario utópico de autos voladores y computadoras con una gran inteligencia, sino al simple hecho de ejecutar acciones con productividad y rapidez. La tecnología en la moda es una manera de pensamiento que con diferentes iteraciones de prueba y error, conlleven a una idea creativa mejorada en cuestión de eficiencia e imaginación.
‘Manus x Machina’ evoca la brecha que existe entre las piezas que se elaboran a mano y aquellas otras que se hacen con intervención de grandes máquinas. Y es exactamente como cada día esta brecha se pierde, haciendo que el trabajo manual sobrepone aquel de la máquina y viceversa, llegando al punto de no identificar la procedencia. El ejemplo perfecto fue la pieza icónica de la exhibición, un vestido de alta costura otoño/invierno 2014-15 de Chanel. Esta pieza fue construida sobre una tela de poliéster y licra. El patrón de la cola fue hecho a mano y después pasado por una computadora para darle un toque de pixelado. Seguido de esto, se pintó el patrón a mano con pigmentos de color oro y después se hizo una impresión de transferencia con brillantes.
El futurismo de las carreras espaciales, los androides y los objetos voladores se ha reemplazado también por aquel en pro de la conservación del planeta. Por un lado se encuentra la impresión en 3D, una poderosa arma para crear nuevos materiales como el nailon o combinaciones de este a partir de materiales biodegradables como el PLA. La investigación para recrear fibras naturales como el algodón es una de las herramientas que más promete en la industria, al igual la tinción con aire, lo cual ahorraría galones de agua que involucra el proceso.
Aunque Kim Kardashian, Rita Ora y Taylor Swift solo ayudaron a estereotipar la temática de la noche, hay que resaltar a aquellas que entendieron la fusión de la moda y la tecnología, como Allison Williams, en un vestido de Peter Pilotto hecho con flores impresas en 3D; el vestido ecológico de Emma Watson, el cual fue hecho de botellas de plástico por Calvin Klein, y otros con un propósito de entretención, pero con un despliegue de tecnología como el vestido de fibra óptica de Zac Posen y el vestido de luces led usado por Carolina Kurkov, el cual respondía a las emociones de los seguidores en Twitter.
La unión de científicos y diseñadores, la mano del hombre, la máquina y la ciencia hacia generar una industria con impacto ambiental reducido es el nuevo futuro. Como pocas solo hicieron saber en la gala del Met, la sostenibilidad y la innovación es la gran representación de la moda en esta era tecnológica.
*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.