¿Una nave espacial en la tarima? Pues así parecían ser los stages en Estados Unidos, alrededor de la zona de Detroit, Michigan, a finales de los años sesenta y principios de los setenta. El capitán de la primera nave que volaba sobre el “soul psicodélico” llevaba por nombre George Clinton, líder de una banda llamada Funkadelic y que en un principio los primeros cinco miembros junto a él, la llamaban The Parliaments. La manera de vestir, los gustos, las palabras y en general todo lo que rodeaba a George y su banda era muy diferente a lo de los demás, la gente creía que eran aliens, motivo por el cual cautivaron así a millones de nichos que esperaban ver y sentir algo diferente, que esperaban personas de otro planeta. Cuando The Parliaments salían a tarima, bajaban de una nave espacial en forma de vinilo, con humo de muchos colores, máscaras y olor a “hielo” que transmitía a cada sentido un vuelo al espacio.
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Playlist: Un trip por Funkadelic.
George Clinton comenzó en The Parliaments en 1956 o 1957. Sus integrantes eran: Jim, Charles Davis, Glen Carlos y Bootsy Collins. Estando juntos en casa de George oyeron la canción Why do fools fall in love, de Frankie Lymon, compositor y líder de la banda The Teenagers, que por esa época eran quienes contagiaban a cada chico en Nueva Yersey, Nueva York, Filadelfia o Chicago a querer ser cantantes, sin importar que fueran blancos o negros. Incluso en España, porque también a los chicos españoles les gustaba Frankie Lymon & The Teenagers. Fue la inspiración para buena parte del rock and roll, que comenzó unos años antes, en 1953 o 1954, con Bill Haley & His Comets, Chuck Berry, Little Richard (lea: El padre, el rey y el creador del rock and roll).
Frankie Lymon no alcanzó a conocer las drogas psicoactivas y murió de sobredosis de heroína a los 25 años. Dado que la psicodelia era la música que sonaba en aquel tiempo, George y su banda, en 1967, le agregaron al final del nombre lo de “psychedelic”, por lo que quedó en Funkadelic.
El LSD (droga, más conocida como “ácido”) y el movimiento psicodélico, añadido a otras influencias musicales como Jimmi Hendrix, Frank Zappa, The Beatles, Cream, Sly Stone o Vanilla Fudge, que contribuyeron a posibilitar la transición hacia el funk, le entregaron el pasaje a la rebeldía, lo descubrieron por accidente y hoy aún siguen haciendo música. El LSD se encargó de todo, fue necesario para detener la Guerra de Vietnam, pero Woodstock evidenció lo peligroso que podía ser el consumo exagerado, porque dejó de tener el sentido de detener la guerra y traer paz y amor.
Tom Yorke por su parte, en 1987, escribió una canción que compiló los sentimientos que afloraron en la época de George Clinton, pero solo fue hasta 1999 que debutó con su canción Creep y el mundo entero entendió el culmen del funk psicodélico con el siguiente coro:
But I’m a creep
I’m a weirdo
What the hell am I doing here?
I don’t belong here…
*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.