Opinión

Romper las cadenas

Por Zalman Ben-chaim – @Zalman5k

¿Alguna vez te han hecho esperar para atenderte? Ya sean citas médicas, filas de trámites, reuniones de trabajo o para citas con seres queridos, estoy seguro de que ninguno de nosotros disfruta el ver pasar el tiempo en medio de una sala de espera o una fila, pero más curioso aún es que aunque ninguno lo disfruta, son muchas las personas que les encanta sentirse importantes haciendo esperar a otros.

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Y como esos pueden existir muchos ejemplos más en los que, casi que con un espíritu de revancha, podemos terminar haciendo a otros eso mismo que nos molesta que nos hagan, como si estuviésemos tratando de equilibrar el universo por medio de pequeñas venganzas para personas que tal vez ni siquiera nos han hecho nada.

Si hay una lista de razones para que una sociedad no avance en la dirección correcta seguramente la falta de empatía hacia los otros encabezaría la lista, así como para un individuo sería el exceso de orgullo, que en ambos casos no permite reconocer al otro como igual. En otras palabras, mientras no nos enfoquemos en aquello que nos une y sí tratemos de tomar venganza por aquello que nos diferencia, no vamos a ver ningún tipo de cambio en nuestra cotidianidad. Y no hablo de venganzas de novela, sino desde gestos pequeños como “si me levantan la voz, yo la levanto más” o “si me contestan mal, yo hago lo mismo con todos los demás”.

Toda acción conlleva una reacción, pero no tiene por qué ser en el mismo sentido, no porque alguien nos lastime tenemos el compromiso con el universo de lastimar a otros, siempre podremos hacer la diferencia y romper las cadenas que nos atan y no nos permiten avanzar. No hay mejor manera de generar un cambio que mostrarlo por medio del ejemplo en nuestros actos, así como no hay mejor manera de ser parte de la historia que haciéndonos responsables de la nuestra, sin excusas ni excepciones, ya que al permitirnos romper un ciclo estamos cerrando un capítulo y creando una nueva realidad.

¿Cuántas cosas que viste en tus padres o abuelos no se han repetido en tu vida? O peor aún, ¿cuántas veces no te has visto inmerso en el mismo tipo de situaciones una y otra vez? Si no nos detenemos un poco para revisar qué es eso que estamos eligiendo inconscientemente que nos lleva a encerrarnos en un círculo vicioso o a tropezar una y otra vez con la misma piedra, puede que terminemos por pensar que nuestro destino es ese, y abandonemos la idea de que la vida puede ser algo más.

Aunque todos nacemos libres –y existan quienes quieren contradecir esa idea– hay quienes que, con el pasar de los años, crecen pensando que su única elección posible está entre algunos pocos tipos de jaulas. La libertad es un derecho que se reclama, haciéndonos libres a nosotros mismos a través del reconocimiento de todos los otros, abandonando nuestro orgullo y reduciendo nuestra apatía contra la vida misma. Y tú, ¿estás listo para reclamar tu libertad?

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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