Hoy alguien me recordó que cada uno es responsable de lo que vive y confieso que estuve meditando mucho sobre el tema, porque nos pasamos la vida culpando a otros por lo que ha sucedido y no recordamos que en cada situación por la que atravesamos hemos tenido la posibilidad de elegir si quedarnos o irnos, si decir sí o decir no.
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Algunas veces nos hemos resguardado en el «quise darle una oportunidad a esto, traté de hacer que esto otro pasara», o simplemente nos resguardamos en la ya popular zona de confort para no enfrentar la crisis, el mal momento, la despedida, que vendría después de nuestra elección.
Sí, hay cosas que no podemos controlar con respecto al comportamiento de los demás, o de nuestro entorno, pero sí podemos tener el control y ser conscientes de nuestra respuesta a eso.
Si llueve y no estamos preparados, porque no llevamos ropa adecuada o un paraguas, es muy probable que tengamos dos opciones: caminar bajo la lluvia o buscar un lugar hasta que escampe. Usualmente seguimos mojándonos y maldiciendo al cielo, al pobre Murphy y sus leyes, a San Pedro, pero solo nosotros podemos evitar quedarnos ahí hasta empaparnos.
Eso ocurre en cada cosa que nos pasa, en cada decisión que tomamos. «Es muy fácil decir eso, pero difícil aplicarlo», dirán muchos, pero es cuestión de ser conscientes de que solo nosotros tenemos el control de nuestras vidas y encomendarle esa tarea a alguien más, o a Dios, o al universo, o al destino, nos hace esclavos de las consecuencias.
Le agradezco a la persona que hoy me regaló esta reflexión y la comparto con ustedes, ¡sé que a más de uno le servirá! Tenemos que dejar de buscar culpables y hacernos responsables por lo que nos pasa.
¡Feliz fin de semana!
*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.