Opinión

El nuevo pasaporte

Por: Adolfo Zableh Durán/ @azableh

Por: Adolfo Zableh Durán/ @azableh

Si le toca sacar el nuevo pasaporte, y le va a tocar si quiere salir del país, aparte al menos cuatro horas, que es lo que toma el trámite. No calcule el día para ir, no crea que por ser viernes la gente madruga menos, porque siempre hay una multitud haciendo fila y a usted le va a tocar aguantársela. Y no es que el trámite sea engorroso. Al contrario, es un país lleno de burocracia, sacar el nuevo pasaporte es sencillo, lo que ocurre es que somos tantos los que estamos en esa vuelta que el sistema no da abasto.
 
En Bogotá hay dos puntos, el de la 100 con 19 y el de la 53 con décima. Tiene de ocho de la mañana a tres de la tarde para sacarlo y de las nueve a las cuatro para reclamarlo al día siguiente. Aunque lo mejor es que llegue por lo menos dos horas antes de que abran las puertas. Yo llegué muy temprano, a las 6:45 a.m. de un miércoles, hora y cuarto antes de que empezaran a atender, y me tocó el turno 144.
 
Lleve la cédula, el pasaporte viejo y 157.000 pesos para el pasaporte convencional, el de 32 páginas. Si quiere uno más gordito, lleve 247.000 pesos. Un consejo: pague con tarjeta débito y se ahorrará una fila, porque si lleva efectivo tendrá que ir a la sucursal del banco que se encuentra dentro de la oficina, para pagar el costo del documento. Igual, sin importar el tipo de pasaporte o la forma en que lo pague, los dos se vencen en 10 años y son electrónicos, es decir, vienen con un chip que contiene información de su propietario, lo cual permite a las autoridades tener mayor control sobre los viajeros. Este fue uno de los requisitos que puso la Unión Europea para quitarnos la visa.
 
No sobra saber detalles como que usted tiene minuto y medio para acudir al módulo de gestión una vez lo llamen. Si no aparece, perderá su turno y tendrá que tomar uno nuevo. También querrá saber que tiene un mes para reclamar sin costo cualquier error de información que salga en el pasaporte. Si lo hace después de ese tiempo, deberá volver a pagar por la vuelta como si no la hubiera hecho nunca.
 
Y a la larga parece que todo se tratara de dinero, porque aunque es cierto que Colombia debe modernizarse al ritmo del mundo y que a partir de este 25 de noviembre nadie podrá viajar con el viejo pasaporte de lectura manual que venía sin código de barras, el negocio es millonario. Si se fija bien, en los últimos tiempos nos han cambiado la cédula, la licencia de conducción y el pasaporte, tres documentos básicos de cualquier ciudadano. Alguien está haciendo mucho dinero mientras en teoría le presta un servicio al país, mientras yo solo cumplo con informar.

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*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.

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