Todo o nada

Por: Nicolás Samper C. / @udsnoexisten

Uno siente que el cielo es más azul cada vez que el calendario detecta la llegada de la Champions League. Y un poco la idea de los clubes clasificados también es pasarla bien. Por supuesto que no estamos hablando del Barcelona, Real Madrid, Manchester City o PSG. Ellos cuentan con suficiente material como para no desentonar en cada torneo que jueguen. No: la referencia es para esos que llegan callados a ver qué pescan, con tradicionales nombres pero presupuestos ajustados y que deben lidiar con todas las competiciones, siendo conscientes de que por apostarle a la grandeza en Europa podrán echarse la soga al cuello en su propio país.

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Es que viendo la tabla de la Bundesliga me encontré con que el Borussia Mönchengladbach es el colero del torneo. Justo ellos que la temporada anterior se clasificaron a Champions después de estar ausentes 37 años. Y el riesgo para esta clase de equipos no es poco. Porque por estar pensando en triunfar en la antiguamente llamada Copa de Campeones de Europa, descuidan la casa y a veces ese huracán termina condenándolos a peores humillaciones. Su grupo no es fácil: Juventus, Manchester City y Sevilla.

Pero qué tal que se les dieran un par de resultados positivos ante esos colosos. ¿Porqué no ilusionarse? Pero ¿y si en la liga local les sigue yendo mal? ¿Cuál debe ser la elección? ¿Salvar la ropa casera o recordar los tiempos en los que el Gladbach alcanzó la final de esta competición? (perdió frente a Liverpool en la temporada 76/77).

Muchos sucumbieron por querer abarcar todos los frentes. El Celta de Vigo es el primer caso que se me viene a la cabeza. Entró a la Champions 2003/2004 a un grupo complejo: Ajax, Brujas y Milán. Durante la fase de grupos se batió como león: entraron a octavos de final. Pero esos meses de gloria de la primera fase contrastaron con innumerables desastres en la liga española. Iban en la cola pero suponían que el equipo mejoraría y se salvaría de irse a la B. Cuando enfrentaron al Arsenal en octavos la situación empeoró porque terminaron eliminados de la competición y habían dado tantas ventajas en España que les fue imposible gambetear la relegación.

La Real Sociedad vivió algo similar y la Sampdoria también, siendo el caso italiano casi que patético: en el 2010 disputaron su entrada a fase de grupos con Werder Bremen. Perdieron 3-1 en la ida pero en casa la cosa pintaba muy bien: goleaban 3-0 y empezaban a evocar esas hazañas que los llevaron a la final de 1992. Mientras celebraban la clasificación sin haber terminado el juego, los alemanes marcaron dos tantos cuando el tiempo expiraba y se quedaron sin nada. Fue tan duro el golpe anímico –no se puede perder de esa forma una clasificación a Champions– y económico –habían llevado muchos fichajes para obtener ese logro– que todo explotó. Al final de la campaña la “Samp” terminó ¡En segunda división!

¿Habrá un caso de estos durante la Champions que arranca el martes? El Mönchengladbach ya fue advertido desde esta columna.

Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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