Opinión

El Terminator criollo

Por: Mauricio Barrantes / @Mauriciobch

Vivir en Colombia es aceptar la ficción como credo. La todopoderosa Selección nos cuida de los males, cuando gana, y nos hace recordar los problemas, cuando pierde. La guerra resulta un juego con indignación en la telerrealidad y un juego divertido en la pantalla grande. El efecto es temporal, porque los casos de muertes, de corrupción y las violaciones a los derechos humanos duran en la mente de los colombianos lo mismo que demora en lanzarse otra noticia (película).

El sistema funciona muy bien porque lo que importa es la taquilla (rating). Un noticiero gana ofreciendo escenas de acción, con videos de policías y ladrones, mientras que la competencia les da protagonismo a los bandidos guerreristas (políticos que son los verdaderos narcoterroristas), y que como los dinosaurios de Jurassic World, no quieren extinguirse.

Bajo este contexto se lanza una nueva entrega de Terminator, un clásico de Hollywood que ofrece bala por doquier, miedo, sangre y explosiones. Y como aquí de ese coctel tenemos muy poco, las salas de cine estarán llenas para ver a Arnold Schwarzenegger viejo pero no obsoleto (ver película para entender la frase). Lo que importa es la emoción pura que ofrece Terminator Génesis porque lo tiene todo: autos que salen volando tras choques, persecuciones, drama intercalado con buena comedia, en fin, hasta dama romántica y galán musculoso.

Una ficción bien hecha gracias al uso de ingredientes que garantizan el éxito en el público que pide más efectos y menos historias y que sin duda inspirará a los midas criollos a hacer su propia versión. Pero antes que resulte como el Reguechiken de García me ofrezco a salvar la patria proponiendo este guion:

Año 2017: las ‘SkyFar’ están a punto de controlar el país, luego de otro fracaso del proceso de paz. El héroe nacional, el gran colombiano Álvaro Connor, lidera la resistencia ante los ojos de sus creyentes, los fieles seguidores de la religión ‘Antifar’. Para detener a la máquina destructora fueron enviados del pasado-futuro James Reese (léase como el jugador de fútbol y no como James Bond) y Piedad Connor.

James se distrae de su misión y se encarga de decirle a Pékerman que piense en el mediocampo y saque a Falcao si quiere clasificar a Rusia 2018. Por su parte, la mujer-turbante, Piedad Connor, que en realidad está a favor de la toma de poder de las ‘SkyFar’, descubre que en ese tiempo-espacio el gran colombiano de derecha Álvaro Connor ya no es más un opositor de las ‘Skyfar’, sino que como su único interés es la guerra, se ha unido a ellas.

Pero no todo está perdido, un buen Terminator es mandado por causas desconocidas y de un futuro indeterminado. No es político, no es futbolista, ¡hay esperanza, compañeros! Comienza destruyendo el canal de las tres letras para acabar con la desinformación guerrerista y deja bien a la competencia para que se satisfaga el morbo popular con sangre y videos de robos. Es ficción, amigos, así que la escena final tiene a todos abrazados celebrando la clasificación al Mundial gracias a que James Reese le dibujó una línea a Pékerman en la mano y ganó su confianza para que le hiciera caso (escena tomada del Teminator Génesis original).

¡Sí se puede, sí se puede! se celebra la clasificación de Colombia a Rusia 2018 mientras en la última página del periódico más leído aparece la noticia de que también se acabó con Álvaro Connor, Piedad Reese y las ‘SkyFar’, ¡somos un país en paz!, titulan.

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*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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