Opinión

La fila de reality

Por: Adolfo Zableh Durán/ @azableh

Dan para todo los realities. Para obtener fama exprés, principalmente. Quienes participan en ellos suelen ser personas que sueñan con la fama porque sí. La lógica dice que alguien se hace famoso por ser bueno en lo que hace, pero la regla no aplica en estos casos. En estos shows de televisión es al contrario: se presentan personas que quieren ser famosas y no saben por qué. La fama por la fama.
 
Gracias a los realities hoy conocemos a personajes que de otra manera no tendríamos en el radar: Jaider Villa y las Kardashian, Farina y el Rafael Orozco de Yo me llamo. Gran hermano, Pop Stars, Protagonistas de Nuestra Tele, Colombia’s next top model, Expedición Robinson, La voz kids, El factor X, Colombia tiene talento, Master chef. Realities para todos los públicos donde pasa de todo: amor, miseria y traición, pero, sobre todo, sueños rotos, porque quien gana uno suele no llegar muy lejos. De uno sobre fútbol llamado Estrella azul salió un tipo para jugar con el Real Madrid con el que no pasó nada, mientras que en Argentina diez personas que participaban en el reality francés Dropped murieron cuando dos helicópteros se estrellaron.
 
En este país, el plan nocturno de entre semana es llegar a comer y ver el reality de turno, mientras se comenta con los que están ahí o en redes sociales. No voy a decir que es basura y que no aporta nada; tampoco les recomendaré que cojan un libro o conversen en vez de prender el televisor. Cada uno verá cómo pasa su tiempo libre.
 
En el caso concreto de Tu cara me suena, que es el que viene a lugar por la foto que abre esta columna, no tengo idea de qué se trata, e insisto, no porque me crea moralmente superior sino porque no me entretiene, y uno viene al mundo hacer cosas que lo hagan feliz. No sé la dinámica, decía, solo que sirvió de excusa para que el padre Chucho regresara a la televisión, así que tan bueno no debe ser. En una columna al respecto, Ómar Rincón, que sabe del tema, afirmó que era una mala adaptación de la versión original y que le faltaba drama, emoción y contenido.
 
Tengo entendido que el show llega a su fin este viernes 22 de mayo, lo que sí sé es que se lleva a cabo en el Astor Plaza, sede de otros realities, conversatorios y obras de teatro. A mí lo único que me causa intriga del asunto, viendo la imagen, es a qué se dedica toda esa gente, que puede darse el lujo de hacer fila un martes a las cuatro de la tarde para ser público de reality mientras el resto del país trabaja.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.

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