Opinión

Camisetolandia

Eduardo Arias @Ariasvilla Escritor y periodista

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El Mundial de Fútbol ha convertido los andenes de las grandes calles comerciales de Bogotá en expendios de prendas deportivas. En particular, de camisetas de la selección Colombia. En estas últimas semanas, los principales protagonistas del comercio informal han sido las láminas del álbum Panini, que ya se hayan en franca decadencia, mientras que las ventas de camisetas aumentan día a día, y más desde la victoria de Colombia ante Grecia.

Como dice el dicho, los vendedores de camisetas no respetan prenda. Están indistintamente en los barrios populares y al lado de los comercios de los estratos altos. Incluso las camisetas se exhiben en puestos de venta de artesanías colombianas y de ropa hindú.

En estos días el colorido de las vías comerciales es notorio. Domina el amarillo de la camiseta de local, pero el rojo vivo de la camiseta alterna ha adquirido muchos adeptos. También están la blanca y las de entrenamiento, una azul oscuro y otra color salmón. Los nostálgicos de la clasificación también pueden conseguir réplicas de las camisetas amarilla y azul de la colección anterior.

Las hay para caballero, para dama y para niño. Y se le tiene de manga corta y manga larga. En algunos lugares venden también camisetas de otros países, más que todo Brasil y Argentina.

Pero la oferta no se limita a las camisetas. Vuvuzelas, sombreros y bufandas tricolores, así como réplicas de la Copa FIFA e imitaciones baratas del balón Adidas Brazuca, completan la oferta de mercancía mundialista.

Lo llamativo es la casi absoluta impunidad como estas ventas ambulantes se toman el espacio público, y más cuando existen evidencias de que ese material es chiviado, de contrabando o hasta robado.
Como contraste, las elegantes vitrinas de los almacenes de grandes marcas (Adidas, Nike, Puma) exhiben modelos de camisetas de Alemania, Brasil, Argentina, Costa de Marfil, Uruguay, Italia, Ghana… que se venden a precios que rozan y hasta superan los 200.000 pesos, mientras que las de la calle cuestan entre 20.000 y 30.000 pesos.

¿Hasta cuándo durará esta fiebre? Hoy jueves, al menos, estará más que vigente hasta la una de la tarde, cuando termine el partido ante Costa de Marfil. Si Colombia clasifica, tendremos camisetas en las calles y almacenes de artesanías, como mínimo, por el resto del mes, mientras empieza la ronda de octavos de final.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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