Hablar de más

Por: Nicolás Samper/ @udsnoexisten

¿Qué tal que hubiera sido proctólogo? ¿Qué tal que más bien su especialidad fuera ser urólogo?

Estar en sus manos sería espantoso, no porque no tenga la suficiente experiencia médica como para ser uno de los médicos más respetados en su ramo. Más bien, porque sería capaz de dejar en vergüenza a cualquier paciente por sus revelaciones a la prensa.

No sé si la verdadera tarea de un médico sea –como hacía Édgar Perea en aquellos viejos tiempos de transmisiones en el Metropolitano– hacer vibrar e ilusionar a tribunas repletas de gente. Para mí, un médico tiene que ser más discreto. Decir lo justo, nada más que eso. Y ahí está el punto en el que no comprendo a José Carlos Noronha, el médico que está tratando a Falcao García.

Sé que es una verdadera eminencia: nadie podría tratar mejor de su dolencia a Falcao. Cuando era joven, Noronha sufrió una lesión de características similares, hecho que lo hizo obsesionarse positivamente para ver cómo curar esa clase de dolencias. Su experiencia es más que comprobada y si hay un especialista que necesitaba ‘el Tigre’ era Noronha.

Me pongo de pie y lo aplaudo porque sus casos de éxito en el tratamiento de roturas de ligamento son innumerables.

En su quirófano han estado grandísimos futbolistas de la talla de Cristiano Ronaldo, Fábio Coentrao, Pepe, Didier Drogba, Michael Essien, Arjen Robben, Ashley Cole, Derlei y Lucho González, entre tantos otros.

Es decir, no estamos hablando de un tipo que tenga cuestionamientos en su profesión. Es brillante como profesional, lejano a esas imágenes de médicos oportunistas y poco conocedores de su oficio como Nick Riviera, el doctor matasanos que aparece en Los Simpson. Nadie cuestiona eso.

Lo que a mí me ha dejado perplejo es que, en términos mediáticos y de exposición pública, Noronha tiene un afán de protagonismo tan pronunciado como el de Nick Riviera. Y es en ese momento en el que el hombre empieza a bajar puntos.

Cada vez que da declaraciones a la prensa –creo que le gusta mucho aparecer en los medios– es exagerado en sus intervenciones.

Dice que “Falcao va a estar contra Grecia”, o que “Falcao va a ir al Mundial”. Se convierte en un extraño protagonista generador de esperanzas. ¿Y cómo no creerle si es el médico?

Éticamente no sé qué tan conveniente sea, porque él es médico, no vocero de prensa. Porque hay que recordar que Noronha es gran amigo de Jorge Mendes, representante de Falcao. Entonces uno siente que Noronha se transforma en el impensado declarante que, avalado por sus éxitos, quiere dar tranquilidad al Mónaco por la inversión de 63 millones de euros que hizo en Falcao, más que en llevar un poco de paz a su propio paciente. ¿Le generará una presión extra a Falcao la insistidera de su doctor en el sentido de que va a estar en el Mundial?

Rezo para que las palabras de Noronha se cumplan y quiero ver al grandísimo Falcao en Brasil. Pero insisto en que no me gustaría estar en la manos de un doctor más preocupado a veces por los micrófonos que por el bisturí.

Por: Nicolás Samper/ @udsnoexisten

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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