Opinión

Marcela Alarcón: ¡No Alcalde. Sí Bogotá!

Por: Marcela Alarcón/ @marcelaalarcon

Ha sido una semana llena de información y desinformación, a la vez, acerca de la Alcaldía de Bogotá y la salida de Gustavo Petro de la administración de la capital.

Aun así, de todo se ha dicho y poco se hará si lo rolos no empezamos por valorar la ciudad que tenemos.
 Merecemos un alcalde que quiera cada esquina, pero también merece Bogotá que cada uno de nosotros la cuidemos.

Es errado pensar que la culpa de todo lo que le pasa a Bogotá es de Petro, o de Peñalosa, o de Mockus, o de Moreno, o de Garzón. Ellos tuvieron la responsabilidad que les dimos al ser elegidos, tuvieron acceso al dinero de la ciudad para sacarla adelante, algunos lograron avances, otros nos dejaron la sensación de traición, pero la construcción de ciudad es labor de todos.

Le hace daño a la ciudad tanto el ladrón de corbata blanca como el de TransMilenio. La polarización generada por el apellido Petro y la lucha de clases que se desató.

Esta no es una lucha de estratos, este debe ser un trabajo en equipo desde lo más simple, que es no pitar en un semáforo en amarillo, para no estresar al conductor del carro de adelante, esperar a que salgan primero los de TransMilenio o incluso usar la cebra que tanto trabajo le costó a Antanas enseñarnos.

Cada acción que hagamos en pro de una ciudad amena suma para que el que llega al poder la valore igual.

El alcalde es para todos, no solo para los menos favorecidos o para los que tengan mucha plata. Saber quién será un buen gobernante es difícil porque ese poder puede dañar los buenos corazones y abrir el apetito de los bolsillos de muchos.

Lo mejor que le puede pasar a Bogotá es que sus ciudadanos sean conscientes de que cada calle que caminan es parte de su casa, porque aquí viven, duermen, comen, sueñan y aman.

No hay duda de las capacidades del Rafael Pardo como alcalde encargado, ni tampoco de las calidades de la terna propuesta por los progresistas al presidente Juan Manuel Santos, en la que se cuenta con María Mercedes Maldonado, exsecretaria de Hábitat; el senador electo Antonio Navarro y Guillermo Alfonso Jaramillo, exsecretario de Gobierno.

De estas tres propuestas, el éxito de Navarro como alcalde de Pasto y Gobernador de Nariño le da ventaja sobre los demás.

Lo preocupante es que estaría en el cargo solo por cerca de 55 días, mientras se convocan elecciones para elegir un alcalde que no estará el periodo completo y difícilmente alcanzará a cumplir las metas de desarrollo en la ciudad. Por donde se mire, Bogotá perdió en esta puja de poderes.

Lo que nunca se puede perder es el amor por la ciudad. El cuidado y respeto debe ser de todos, pero hacer una Bogotá segura, que no genere estrés y dé alegrías cada día no depende de un alcalde, depende de nosotros. Entonces: ¡a sonreírle a Bogotá y a elegir bien!

Por: Marcela Alarcón/ @marcelaalarcon

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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