Escenarios para el apocalipsis por venir

Por Santiago Rivas, @Rivas_Santiago

Todo el mundo está esperando atentamente el fin del mundo, que se supone ha de llegar en diciembre de este año. Desde hace unos años se repiten los especiales, se renuevan las teorías. Nos han dicho que ya no es este año, que descubrieron que el calendario con el que se hicieron los cálculos tiene un retraso (en muchos otros casos un retraso es la perpetuación de la vida en el planeta así que no es raro) y muchos dicen que no se trata realmente del fin del mundo.

Es posible que en el futuro nos esté reservado un tsunami o la promesa de diez temporadas más de Yo me llamo que acaben por desatar un apocalipsis zombie muy parecido al uribismo y su Estado de opinión, que durante ocho años se tomaron esa dimensión de nuestra vida que la gente llama la “realidad nacional” (prueba fehaciente de que la realidad no es lo mismo que la verdad, ni mucho menos).

Yo no sé que nos depare el porvenir, pero sé que poco o nada podremos hacer contra lo que sea que venga, sea esto feliz o aciago. Por eso decidí ocuparme de mis asuntos, que no solo puedo, sino que debo solucionar.

Creo además que todo este asunto es una estafa, otro gran movimiento de fuerzas pensado para garantizar que las cosas no se muevan de donde están, y en cambio se pueda convertir este mundo en la gran feria exposición de los dogmas absolutos, una especie de ExpoPatraña en donde priman, gracias al miedo, las concepciones exaltadas y los engaños de los católicos, nuevaeristas, pravanandayóguicos, sunitas, republicanos, evangélicos, cienciólogos, racionalistas, comunistas, videntes y en general los de todos aquellos que puedan sacar una tajada de nuestra permanente ansiedad y zozobra.

No puedo evitar pensar en el fin del mundo, pero estoy seguro de que el mundo no se va a acabar en medio de marejadas gigantescas ni bolas de fuego. No creo que logremos cambiar el mundo y dar fin a esta civilización voraz para empezar de verdad una nueva era. Lo deseo, pero no lo veo posible.

Creo, en cambio, que el apocalipsis va a llegar por donde menos lo esperamos, pero aún así debemos tratar de prevenirlo. Por eso quisiera proponer los siguientes escenarios de lo que considero un apocalipsis realista, a ver si podemos mirar hacia el lado de la cruda realidad. Mientras esto pasa, mi deseo real para todos es que sepamos sobrevivir a la depresión y el aburrimiento, verdaderos males de nuestro tiempo. Acá están mis modelos de posibles cataclismos:

1-     Apocalipsis por cobro jurídico: Ahora que nadie tiene plata, pero todos llevan una tarjeta de crédito, creo que es muy factible que en pocos meses todos nuestros bienes empiecen a ser embargados. Siendo que no hay un peso real y en cambio todo el mundo tiene electrodomésticos, el peso colombiano y las denominaciones de todo el tercer mundo se declararán vacías, y el país entero se desplomará de la forma en que lo hizo Gramalote. Toda la plata la tendrán los mafiosos, pero como esa plata tampoco existe, solo  Luis Carlos Sarmiento tendrá algo en sus bóvedas y todo el mundo va a ir a pedirle prestado. El origen del colapso es que un funcionario de la contraloría busca el último registro real de papel moneda en una billetera y genera un verdadero Y2K al meter un floppy disk en un computador con Windows Vista. Kaputt

2-     Apocalipsis por reality shows: Al cabo de un tiempo, es posible que no exista un solo ser humano que no esté siendo perseguido por una cámara de televisión. Los quince minutos no bastan, está visto, y por eso es posible que incluso los realizadores de reality shows estén siendo grabados en cada uno de sus movimientos. Cuando no quede un solo televidente y en cambio todos estemos cumpliendo nuestro papel o imitando a algún cantante, cuando no quede nadie que nos vea, o nos estén grabando mientras vemos otro estúpido reality show, será el fin del mundo como lo conocemos.

3-     Apocalipsis por barrabravismo: Siendo que ahora todo el mundo es partidario e hincha furibundo de cualquier cosa, desde los equipos de fútbol hasta los partidos políticos, los movimientos culturales o las personalidades de la vida pública. Cuando se llegue al punto de equilibrio en donde cada persona encuentre al hincha furibundo de su opuesto, todos nos asesinaremos los unos a los otros, en medio de cánticos y arengas, cada uno con su bandera, muertos por nuestro propio aguante.

4-     Apocalipsis aspiracional: Teniendo en cuenta que los sudamericanos queremos vivir como en el primer mundo, los europeos quieren ser latinoamericanos, los gringos quieren encontrar una forma de demostrar que todavía son los dueños del mundo, los japoneses quieren ser dibujos animados y en general todo el mundo quiere ser algo que no es y vivir en otro lado, llegaremos al punto en que nadie esté realmente en el sitio donde está y todos los países dejen de existir como los conocemos.

5-     Apocalipsis por ganchos de plástico: Por favor, amigo lector, revise su closet ¿Se ha fijado en la tendencia exponencial de reproducción de los ganchos de plástico? Es muy posible que terminemos todos ahogados en un mar de ganchos que atasquen las tuberías, obstruyan el paso e invadan las casas. Hay tantos ganchos de plástico que en este momento el costo de uno se debe contar en pesos negativos. Es decir, que usted deba pagar por deshacerse de ellos. Sobre esta base, es posible que en un intento del mundo entero por librarse de sus ganchos de plástico la economía empiece a retroceder a pasos agigantados y nos veamos envueltos en el escenario 1.

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