Cinco libros para buscar en la feria

Por Camilo Jiménez, @bocasdeceniza

La próxima Feria Internacional del Libro de Bogotá es la número 25, que según algunos cabalísticos es un aniversario remarcable: las bodas de plata. Para celebrar el acontecimiento la Cámara Colombiana del Libro y Corferias han invitado a un montón de escritores de primera: Gay Talese, Jonathan Safran Foer, Nicole Krauss, Nélida Piñón, Fabio Morábito y Alberto Montt, entre muchos otros, estarán paseando por el sitio y conversando con lectores.

El país invitado de honor es Brasil, que tiene una tradición literaria profusa y poderosa. Y como en los años anteriores, habrá miles de libros al alcance de todos. En esta columnita apenas me dejan recomendar cinco: búsquelos si gusta; pero, sobre todo, camine por la feria, abra los libros, asista a las conversaciones, compre un libro para usted, para su hijo, para su hermana. Es un regalo original que se sigue destapando durante mucho tiempo después de recibido.

De un brasileño

Rubem Fonseca. ¿Qué libro? Cualquiera, tiene muchos y todos son buenos: Agosto, El gran arte, Diario de un libertino, El cobrador, El seminarista… ¿De qué se tratan? Casi todos son policiales: un asesinato, una mujer desaparecida, un dinero que no está en la caja fuerte… Dos personajes aparecen en varios de ellos: Mandrake, un abogado buena vida que resuelve los casos casi sin esfuerzo, mientras toma oporto y corteja a bellas mujeres, y el Cobrador, un asesino a sueldo implacable. ¿Por qué son buenos? Porque Fonseca es un maestro para armar tramas policiales complejas y al tiempo verosímiles, así como para construir personajes oscuros, abyectos, duros, profundos. Una frase: “Todo marido canalla come huevos con tocino” (en Diario de un libertino).  

De un colombiano

El cuervo blanco, de Fernando Vallejo (Alfaguara). ¿De qué se trata? Es una biografía del más grande gramático que ha dado Colombia y, según algunos, el mundo. Vallejo cuenta aquí la vida de Rufino José Cuervo, pero también la manera en que lo fue descubriendo: como fue encontrando las cartas, la tumba en París, el delirante   Diccionario de construcción y régimen del español, los testimonios de quienes lo conocieron. Es la biografía, pero también la aventura de escribirla. ¿Por qué es bueno? La cantidad de datos acopiada por Vallejo es abrumadora, la prosa es enérgica, la interpretación de cartas, mensajes y documentos de la época es inteligente y certera. Nos ayuda a conocer a un personaje no muy recordado de nuestra historia, y a saber más sobre la manera en que se formó la identidad colombiana. Una frase: “Ni en la gramática, ni en la lexicografía, ni en la filología se agota Cuervo. Su alma sólo se puede medir por el delirio”.

De un colombiano con un brasileño

Cartas con Geraldiño Brasil, de Jaime Jaramillo Escobar (Tragaluz Editores). ¿De qué se trata? Son fragmentos seleccionados de las cartas que se cruzaron los dos poetas a lo largo de quince años. Hablan de lo que les gusta, los conmueve, los ilumina, los inspira y los aterra: los amaneceres en el campo, el color del mar, la gracia de los animales, las solidaridades e incivilidades de los vecinos. Comentan la belleza y también la atrocidad del mundo. ¿Por qué es bueno? Dos personas sensibles y sabias miran el mundo, y con ello nos lo muestran a nosotros. Además el libro es lindo, editado con gusto, y trae un par de sorpresas en el diseño que no puedo contar aquí porque las daño. ¡Y no vale una fortuna! Una frase: “Un mal poeta, en su mesa, componiendo pésimos poemas para su amada, que los rasgará al recibirlos, eso ya es poesía”.

Una novedad

Aves en Colombia, de Murray Cooper (fotos) y Benjamin Freeman (textos). ¿De qué se trata? Más de ochocientas fotografías a todo color de pájaros colombianos, tomadas con cariño y paciencia. Textos explicativos para todos, sobre la enorme cantidad y variedad de aves de nuestro país. ¿Por qué es bueno? Es quizá el libro más bonito que circula como novedad en Colombia. Por su estuche, por la encuadernación, por la calidad de la impresión y el papel, y por su contenido, dirigido al público curioso y que aprecia las cosas bellas. El libro, el texto y las fotos componen una obra de arte. Una frase: no es un libro para citar, es un libro para disfrutar y admirar.

Un clásico

La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson. ¿De qué se trata? El joven Jim Hawkins cuenta su aventura con unos marinos durante el viaje que emprenden a una isla abandonada donde hay un tesoro. Habrá motines a bordo, habrá muertos y traiciones, habrá fortuna para algunos y desgracia para otros. ¿Por qué es bueno? Porque es una aventura con todas las de la ley: casi en cada párrafo sucede algo, aparece un personaje, se vive una aventura. Emoción de principio a fin, como en los buenos tiempos. Y los piratas parecen más reales que los compadres del afectado Jack Sparrow. Una frase: “En todos mis sueños nunca me ocurrió nada tan extraño ni tan trágico como lo que fueron después nuestras aventuras reales”.

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