Es conocido como el gran educador de América y cuyos métodos de alfabetización, volcados en desarrollar un sentido crítico, siguen aún vigentes. Este 19 de septiembre se cumplen 100 años del nacimiento de Paulo Freire, el pedagogo y filósofo brasileño.
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El legado de Freire (1921-1997) es recordado este domingo en medio mundo.
Partidos políticos, organizaciones de derechos humanos y hasta el gigante tecnológico Google han rendido homenajes al hombre que revolucionó la educación, con foco en las capas más pobres de la sociedad.
Este 19 de septiembre se cumplen 100 años del nacimiento de Paulo Freire
Nacido en Recife, capital del estado de Pernambuco, en la empobrecida región nordeste de Brasil. Dedicó toda su vida a impulsar la alfabetización como elemento transformador del mundo.
Su reconocimiento es internacional. Recibió 41 títulos Doctor Honoris Causa de las más diversas y prestigiosas universidades. Entre estas están Harvard, Cambridge y Oxford.
Más de 400 escuelas llevan su nombre en Brasil, donde en 2012 se le nombró oficialmente «patrón de la educación brasileña». Sus obras han sido traducidas a más de 20 idiomas.
Su libro más exitoso, «Pedagogía del Oprimido», es el tercero más citado de toda la historia en investigaciones de ciencias sociales. Así lo indicó un informe elaborado por la London School of Economics en 2016.
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En él critica la denominada «educación bancaria», en la que el profesor se erige como el dueño de todo el saber.
Por eso propone un método de alfabetización dialéctico, basado en la reflexión y la interacción con el alumno y el ambiente donde vive.
En este contexto, se destacó por su trabajo en el área de la educación popular. Este tipo de educación se centró tanto en la escolarización de niños y adultos, como en la formación de una conciencia política.
La educación y la política
Freire entendía la educación como algo libertador, una herramienta para formar a ciudadanos con un sentido crítico. Ello provocó que fuera perseguido por la dictadura militar que imperó en Brasil entre 1964 y 1985, lo que le obligó a vivir en el exilio, donde se consagró internacionalmente.
Solo volvería en los últimos años del régimen militar gracias a una amnistía.
En los 80 se afilió al Partido de los Trabajadores (PT), donde pondría en práctica sus métodos de alfabetización para adultos.
«¡Viva Paulo Freire, el patrón de la educación brasileña! Venceremos la ignorancia», celebró el PT en sus redes sociales para conmemorar el primer centenario del nacimiento del filósofo.