Claudia López promete cinco árboles plantados por cada talado. La alcaldesa se refirió a la tala de árboles en medio de las obras que actualmente se ejecutan, un tema que sin duda ha generado abucheos a esta Administración.
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<strong><em>“Debemos reducir al mínimo la necesidad de tala cuando hacemos el diseño de las obras; optar siempre primero por el traslado del árbol que por la tala; y en última instancia talar si es necesario”,</em></strong> afirmó la alcaldesa Claudia López.
De ese modo, mencionó que una de las estrategias es la implementación del esquema de compensación con la fórmula 5×1, que consiste en que por cada árbol que se tenga que talar por efecto de obra, se siembren cinco, preferiblemente en el mismo punto de la intervención, y, si no es posible, en un sector cercano o en algún lugar de la ciudad que sea concertado con las comunidades.
<strong><em>“El arbolado urbano y rural es cada vez más importante, particularmente en el marco de la emergencia climática. Por eso hemos llevado a la norma nuestra propuesta de compensación, un modelo en el que cada obra pública y privada tendrá que compensar a la ciudad con cinco árboles sembrados por cada uno que se tala”</em></strong>, señaló a su turno la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
Claudia López promete cinco árboles plantados por cada talado
Durante la presentación, la mandataria distrital se refirió a la decisión judicial que ordenó frenar las obras de TransMilenio por la Avenida 68, y pidió que se estudie esta nueva política de 5×1.
<em><strong>“Si cada uno de los 300 frentes de obras que tiene la ciudad se vuelve un problema social, ambiental y legal, también se puede paralizar la generación de empleo. Por eso queremos reconocer el legítimo conflicto que se genera por estas obras y establecer este nuevo parámetro, esta nueva certeza, sobre cuáles son las reglas para hacer compensación a la naturaleza y a la ciudad cuando en última instancia se tiene que hacer tala”</strong></em>, indicó.
También recordó una vez más que las obras públicas y privadas deben priorizar las conservaciones de los árboles y, de no ser posible, aumentar las solicitudes de traslado para tratar de mantener la mayor cantidad de individuos vegetales.