Todas las noches, Ana Milena Sánchez sale en su silla de ruedas de su trabajo como guardia de seguridad en el sector de la calle 26. Durante más de una hora y media, recorre 20 kilómetros en silla de ruedas hasta su casa, en el sur de Bogotá. La mujer atraviesa la ciudad, arriesgándose a los ladrones y a pesar de su condición de discapacidad.
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Sánchez, según narró a Noticias Caracol, perdió la movilidad de sus piernas por culpa de una bala perdida. Aún así, trabaja como guardia de seguridad y, dice, «la peor enfermedad es la pereza». Por eso hace el largo recorrido desde su lugar de trabajo, en la localidad de Fontibón, hasta el sur de Bogotá.
En el camino debe enfrentarse a la inseguridad y a los conductores imprudentes. «Alguien que se ofreció a ayudarme a empujar. Me dijo: ‘ven te ayudo con la maleta’. La cogió, me dejó ahí y se fue«, dijo recordando su último robo. Además, recalcó que ya ha sido víctima de dos choques de tránsito, aunque «fue suave» y ha evadido la mayoría de los accidentes.
¿Por qué prefiere la mujer andar 20 kilómetros en silla de ruedas en vez de subirse a un bus de TransMilenio? El motivo, según Sánchez, es la falta de educación de los usuarios del sistema de transporte masivo.
«La gente ocupa mi espacio; me ven entrando y no se quitan. Tienen que esperar a que yo les pida que me den mi espacio», dijo.