La pareja de un joven muerto en las protestas del 9 de septiembre en Verbenal (Usaquén) pidió justicia en el proceso.
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Las protestas del 9 de septiembre en el barrio Verbenal, localidad de Usaquén, fueron de las más duras en la ciudad. En las noches de ambos días al menos tres personas fallecieron en el barrio en el extremo norte de Bogotá. Uno de los muertos fue Jáider Fonseca, un joven de 17 años que dejó a una joven viuda y un pequeño bebé.
La joven viuda se pronunció en medio del juicio contra el agente de la Policía Jhon Antonio Gutiérrez por los hechos ocurridos en las protestas del 9 de septiembre. Fonseca era uno de los manifestantes en el barrio Verbenal contra la brutalidad policial. Luego de que la protesta se tornara en disturbios, el joven se trató de refugiar tras una puerta. Pero cuatro disparos segaron con su vida.
La mujer recogió a Jáider y su hermana 22 meses antes de su fatídica muerte. Los dos menores habían sido expulsados de su casa y deambularon por las calles de Bogotá durante 15 días. «Él era el ser más alegre, amoroso y luchador, fue un padre joven, a sus 17 años para ser exactos, trabajaba como domiciliario o pintor para ganarse la plata de los pañales de nuestro hijo Samuel», dijo la joven viuda a El Tiempo.
Aunque el juez que investiga el caso no reconoció a la mujer como compañera sentimental de la víctima, sí lo hizo como madre de su hijo. Aún así, exige justicia ante la muerte del menor.
«Deseo con todo mi corazón que sean condenados estos asesinos, que paguen con cárcel. Y que no solo ellos sean los judicializados, sino también las líneas de mando, aquel que dio la orden, el uniformado que estuvo de cómplice y no hizo nada para detener está masacre», dijo.