El Gobierno colombiano presentó un plan piloto para garantizar la reactivación segura de los trabajadores informales, que representan casi el 50 % de la fuerza laboral del país y fueron de los más afectados por la parálisis económica generada por el coronavirus.
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«No podemos seguir con los ojos cerrados frente al 47 % de colombianos que trabajan y generan su sustento de manera totalmente informal», dijo la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
En el evento de lanzamiento del programa, Ramírez abogó por una reactivación en la que el sector informal tenga nuevas condiciones de operación, que garantice mayor escala y más rentabilidad, así como se ha venido trabajando para reactivar las actividades industriales y formales.
El plan piloto, pensado como un «laboratorio social para la inclusión productiva de los emprendedores de a pie», incluye varias líneas de apoyo entre las que están bancarización, dotación de elementos de trabajo y de bioseguridad, capacitación y acompañamiento productivo.
El programa, enfocado en la formalización gradual del sector, se extenderá inicialmente a las ciudades de Cúcuta, Barranquilla, Popayán, Bucaramanga, Pereira, Villavicencio, Ibagué, Neiva, Montería y Cartagena.
Impulso a micronegocios
Según datos oficiales, existen cerca de 925.000 micronegocios en las ciudades priorizadas, de los cuales el 14 % son ambulantes y un 34 % operan en viviendas.
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Cúcuta es una de las ciudades con mayores índices de informalidad (71,5 %) y en esa región, fronteriza con Venezuela, el Gobierno pretender atender y enrutar hacia la formalidad a 5700 de esos micronegocios.
Del programa podrán hacer parte emprendedores estacionarios del centro de la ciudad; micronegocios de artículos de hogar, alimentos, juguetes, ropa y decoración; vendedores informales de plazas de mercado móviles o itinerantes, y pequeños emprendimientos con o sin establecimiento de servicios como peluquerías y tiendas.
La estrategia también apunta hacia la creación y desarrollo de cooperativas que permitirán «unir a varias personas que están desarrollando una actividad informal».
Durante la presentación del programa fueron entregados kits de bancarización que permitirán a los trabajadores acceder a créditos y digitalizar la comercialización de sus productos, entre otros beneficios.
«Esta es una gran oportunidad que tiene el comercio informal para mejorar el uso del espacio público. El proyecto está alineado con la necesidad de tener unos planes de ordenamiento territorial, que mejorarán las condiciones de la gente y la movilidad y funcionamiento en las ciudades», subrayó la vicepresidenta.