Una mujer y dos hombres con antecedentes judiciales por aprovechamiento y daño de los recursos naturales fueron capturados en La Guajira.
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Según las investigaciones, se dedicaban a la caza sistemática de tortugas carey y verdes en las costas del Cabo de la Vela y Punta Gallinas, para venderlas en restaurantes de distintas ciudades donde se ofrecían como platos exóticos.
Estas personas están señaladas de ser las mayores traficantes y comercializadoras de estas especies en la región. Se trata de una actividad ilícita que pone en riesgo la conservación de los corales en el Caribe y acelera la desaparición de las tortugas.
Las autoridades descubrieron que dos de los capturados ya tenían antecedentes judiciales por la misma conducta.
Cada uno sacrificaba cerca de 15 tortugas cada semana y las vendía en sus restaurantes. Ambas especies están protegidas por convenciones internacionales y hacen parte de la lista roja de animales en vía de extinción.
Su caza, tráfico o cualquier actividad con fines comerciales está prohibida, pues el daño que se causa con esto es incalculable para los ecosistemas marítimos.