Un grupo de 17 personas, en su mayoría familiares, era el que controlaba el monopolio del hurto de vehículos de alta gama en Cali. Así lo informaron las autoridades, que lograron capturar a los presuntos delincuentes que integraban la banda ‘Los Magníficos’.
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Los automotores eran desguazados y comercializados como autopartes en el mercado ilegal. Además, ‘Los Magníficos’ extorsionaban a los propietarios a través de redes sociales o ‘gemeleaban’ los carros.
En lo que va del año, el avalúo de los vehículos hurtados por estos delincuentes asciende a $1400 millones. Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos de este caso es que la banda estaba compuesta por varias generaciones de un mismo grupo familiar que llevaba varios años delinquiendo.
«Existían roles definidos de coordinadores, jaladores, reducidores y campaneros, entre otros, donde tomaba fuerza el vínculo familiar de la mayoría de ellos para asumir los papeles más importantes en el componente estructural», indicó la Policía.
El máximo cabecilla, alias ‘Yerri’, instrumentalizaba a sus compañeras sentimentales y las ponía a cargo de la coordinación y ejecución de los hurtos. Cuando eran descubiertas por las autoridades, ‘Jerry’ involucraba a sus hijastras. Incluso, una de ellas también llegó a ser su pareja.
Había miembros de avanzada edad, como alias ‘El viejo’. A sus 72 años y con más de 12 procesos penales, el hombre les enseñaba las habilidades delictivas a sus hijos y nietos, a quienes vinculaba desde edades tempranas para asumir el crimen como ‘herencia’.
«La degradación de este componente familiar inicia con un padre de familia, quien corrompe a sus hijos y nietos, y estos, a sus compañeras sentimentales», dijo el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali.
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Las estrategias
Con los vehículos que no vendían por partes, ‘Los Magníficos’ tenían otro proceder: contactaban a sus dueños por medio de redes sociales o a través de los teléfonos que hallaban en sus documentos. Hacían el primer contacto y fingían ser intermediarios dispuestos a ayudar en el rescate de sus autos.
A cambio de la supuesta gestión, exigían pagos que oscilaban entre $6 y $14 millones. «Con este proceder, buscaban no verse inmersos en una extorsión en caso de llegar a ser investigados», añadió la Policía. Como si fuera poco, tenían un cronograma establecido. Tres días a la semana robaban y los demás los usaban para desbaratar los vehículos y vender sus partes.
Para esta última actividad se apoyaban en talleres improvisados, que fueron allanados en el marco del proceso judicial. En ellos se hallaron numerosas autopartes y se capturaron personas que eran subcontratadas para desarmar los carros.
«Hoy les estamos regresando a las víctimas 40 vehículos recuperados», añadió el general Vásquez. En lo corrido de 2020 se han recuperado más de 600 automotores robados y se han capturado más de 1000 delincuentes vinculados al hurto en todas sus modalidades.