El padre del menor golpeado por estudiantes de un colegio del norte de Bogotá dio más detalles de la escandalosa agresión a su hijo.
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La golpiza de un grupo de estudiantes de un colegio del norte de Bogotá a otro joven estuvo muy cerca de causar una tragedia. Los estudiantes agredieron al joven y le causaron serios hematomas luego de una fiesta. El padre del menor golpeado, el médico endocrinólogo Álvaro Márquez, reveló en diálogo con El Tiempo nuevos detalles de la golpiza.
Según el padre de Felipe Márquez, el menor salió con su autorización a una fiesta en un apartamento del barrio La Alhambra. Aunque reconoció que no debió haberle dado el permiso para salir en pandemia, destacó la desesperación de los jóvenes encerrados. «Mi hijo me contó que lo habían invitado a ese encuentro y que había muchos menores de edad (…) es que el confinamiento está afectando mucho a los jóvenes”, aseguró.
En medio de la fiesta, se desató una pelea verbal y Márquez se fue con sus compañeros al sector de Batán. Luego, los jóvenes del English School se fueron detrás, en un vehículo de una plataforma de transporte. El conductor del vehículo grabó la brutal golpiza.
«Él dice que escuchó hablar a los jóvenes sobre lo que iban a hacer y esa fue la razón por la que decidió prender su cámara y capturar la golpiza», dijo el padre del menor golpeado. También llamó a la Policía y a los padres de los agresores. Cuando llegaron, los jóvenes ya habían huido y regresado a la fiesta.
«Yo tuve contacto con ellos, fue un momento duro, les dije: estas son las consecuencias del ataque de ustedes contra mi hijo, esto tiene unas consecuencias, y así como ustedes tomaron la decisión de ir como hombres a atacarlo, como hombres tendrán que responder por las heridas que le propinaron. Es injustificable el nivel de violencia, fue una manada atacando a su presa», recordó Márquez.
El padre del menor golpeado ha mostrado la difícil situación que tiene su hijo, quien es atendido en la clínica Reina Sofía. «El tipo de golpes que mi hijo sufrió pudieron haber provocado una hemorragia cerebral (…) Mi hijo tenía las suelas de los zapatos marcadas en su rostro. No es fácil levantarse un día y que mi hijo me diga: ‘papá, estoy deforme, irreconocible, será que me voy a quedar así», destacó.