Cinco hombres fueron detenidos en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, por sus labores en una planta de producción ilegal de carne de cerdo. El lugar operaba de manera clandestina, pues no tenía permisos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) ni de la Secretaria de Salud Departamental.
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En una visita, las autoridades descubrieron que el matadero funcionaba en una casa común, con algunas adecuaciones. Se violaban las medidas de higiene y salubridad en el sitio lleno de cucarachas. Como si fuera poco, los desechos de los cerdos sacrificados eran arrojados a una quebrada y a un río.
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«La existencia del local como matadero y beneficio de la carne de porcino ilegal representaba un riesgo para la salud de quienes consumían el producto, no solo por la insalubridad en el sacrificio y venta de la carne sino por la comercialización de productos alternos. En el sitio se elaboraban chorizos que eran vendidos en supermercados a nivel nacional», explicó la Fiscalía.
El matadero ilegal habría operado, por lo menos, durante dos años. Los lugares dispuestos para el almacenamiento, la distribución y la venta de lar carnes no era aptos y en el proceso de transporte no se garantizaba la cadena de frío.
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Las autoridades lograron las capturas luego de tres allanamientos en sitios de sacrificio, almacenamiento y distribución. Allí se encontraron cerdos vivos y 255 kilos de carne y de vísceras, que fueron sometidos al proceso de desnaturalización ante una entidad autorizada.
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A los cinco detenidos, el juez les formuló cargos por los delitos de concierto para delinquir, contaminación ambiental y corrupción de alimentos, productos médicos o materiales profilácticos, en calidad de coautores. Aceptaron la responsabilidad y recibieron medida de detención domiciliaria.