La joven de 18 años está dentro de las 10 personas que perdieron la vida en las protestas. El estremecedor relato del padre de la joven Julieth Ramírez que murió en las protestas en Bogotá.
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El asesinato del estudiante de derecho Javier Ordóñez desató el rechazo generalizado contra la Policía Nacional. Cientos de personas salieron a las calles para manifestarse en contra de los abusos de autoridad.
Harol Ordóñez habló con Caracol Radio sobre lo que sucedió en la noche del 9 de septiembre, en la que su hija de 18 años perdió la vida por estar en el momento y en el lugar equivocado.
«Todo sucede el 9 de septiembre faltándole 15 días para cumplir 19 años. Me pidió permiso el día anterior para salir con dos de sus amigas de toda la vida, del bachillerato. Una vive en La Toscana y la otra en muy ligado a nuestro barrio», contó el padre.
Sobre las 5:00 p.m. dice que su hija salió con la amiga que vivía cerca de su barrio e hicieron una parada en una tienda para comprar bebidas y seguir hacia La Toscana.
«Tomaron la ruta de La Gaitana, tenían que pasar por ahí para llegar a la tienda. En ese momento no había manifestaciones, esa era la única avenida que tenían para llegar a su destino. Pero, fue una vuelta por ir a comprar una gaseosa. En el camino, me comenta la mejor amiga, que vieron a tres cuadras poca gente reuniéndose y se fueron a mirar», comentó el padre.
Dice que la estampida comenzó de un momento a otro, se sintieron asustadas y comenzaron a correr.
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«Según el relato de Mayerly, mi hija que venía al lado de ella, se desplomó. Quedó en la parte baja del andén, sobre la avenida. En la desplomada pasaron personas que auxiliaron a la niña, la movieron unos cinco metros de la protesta. Pero, para mí fue en esa caída donde murió mi hija», relató afectado.
Varios jóvenes la llevaron en un carro hasta el CAMI de Suba Gaitana y desde ahí fue donde llamaron a los padres.
La cruda llamada
Cuenta el padre que esa noche estaba tranquilo porque no tenía conocimiento de ninguna protesta por el sector o en los barrios vecinos. » Nunca me imaginé que habrían protestas en La Gaitana, porque de haberlo sabido no la habría dejado salir o la hubiera acercado porque son barrios un poco más pesaditos».
Recuerda que como a las 8:00 p.m. recibió una llamada, que en un principio pensó que era una broma, porque quien habló preguntó por otra persona.
«De manera abrupta me dijeron: ‘Señor Harold Ramírez, vénganse con la cédula de Julieth Ramírez porque le acaban de pegar un tiro en la cabeza y está muerta’. ¡Quedé horrorizado! ¡Grité!», reveló el padre.
Aún siente que eso no pasó, que aún está en la habitación de su hija y no cree que eso sucedió. La familia quedó devastada.
La identificación
Cuando llegaron al lugar los dejaron ingresar y los llevaron al lugar donde estaba su hija acostada en una camilla.
«Mi niña estaba en una camilla muerta. Con sus ojitos abiertos, estaba impecable. Yo decía: ‘¿Dónde están las heridas? ¡Por Dios!’ No entendía qué pasó. Cuando le toco el cuello a la niña estaba calientica y le dije al doctor: ‘¡Está viva!’ Pero, obviamente sus ojitos abiertos estaban secos, congelados. Le dije al doctor: ‘¡Sálvela!’ y me dijo: ‘Le aseguro que está muerta’. Pero, yo le decía: ‘¡Haga algo, yo creo que está viva!'», describió con detalle.
Luego le explicaron que ese era un proceso natural del cuerpo y le señalaron el lugar exacto del impacto y la salida de un proyectil.
Hoy está en manos de la autoridades definir exactamente quién es el responsable de la muerte de Julieth y de las demás víctimas.
«Lo único que quiero es la verdad y qué se haga justicia con la muerte de mi hija», puntualizó el padre.
La muerte de Julieth Ramírez
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