La Fundación Social Cordoberxia denunció el asesinato de tres campesinos en el municipio de San José de Uré, en Córdoba, una zona afectada por la disputa entre bandas criminales asociadas al narcotráfico.
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El director de Cordoberxia, Andrés Chica, dijo a Efe que es probable que la masacre hubiese sido perpetrada por el Clan del Golfo, la principal banda de origen paramilitar del país, que durante la cuarentena estrechó el cerco sobre la población con un «intenso control social».
«Quienes están en los controles son los paramilitares. Si te sales del pico y cédula (que restringe la salida de los ciudadanos por la pandemia) te hacen pagar porque incumpliste la norma», añadió el director de la organización social.
Chica afirmó que los campesinos asesinados en Córdoba formaban parte de programas de sustitución de cultivos ilícitos y criticó que, a pesar de que la comunidad le apostó a la paz, el Gobierno no terminó de cumplir con lo pactado.
La masacre ocurrió menos de 48 horas después de la matanza de una familia en la misma localidad en la que murieron el padre, de 66 años; la madre, de 64, y el hijo, de 36.
El asesinato de estas personas en la aldea de La Cabaña provocó el desplazamiento de más de medio centenar de familias que tuvieron que pedir «posada, caridad en hogares de amigos o conocidos para que les permitan dormir».
La Defensoría del Pueblo emitió en diciembre pasado una alerta temprana para advertir de los riesgos sobre esa comunidad.