El ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, consideró poco probable que se produzca una segunda ola de la epidemia de la misma magnitud de la primera. Actualmente, Rusia es el tercer país, después de Estados Unidos y Brasil, con más número de casos de coronavirus.
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«Hemos adquirido determinada inmunidad, hemos desarrollado un sistema de tratamiento y profilaxis. De no haberse adoptado medidas antiepidémicas, el número de fallecidos posiblemente hubiera llegado al millón»
En medio de su intervención llamó la atención a un término que utilizó. Allí, alertó que los «COVID-disidentes», como llamó a los que no respetan las normas sanitarias, pueden provocar una segunda ola.
«Si nos comportamos como COVID-disidentes, si no cumplimos las restricciones, pueden aumentar los contagios»
El titular de Sanidad indicó que el retorno a la vida normal «es poco probable antes de febrero» del próximo año. Y es que «se precisa romper la cadena de transmisión» del coronavirus.
Insistió en la necesidad de uso de tapabocas en los espacios cerrados, en el transporte público e incluso en la calle cuando no es posible guardar el distanciamiento social.
«Cuando aparezca un medicamento para la profilaxis y el tratamiento de la COVID-19 en el que estemos seguros en un cien por cien y, sobre todo, cuando adquiramos inmunidad colectiva, podremos dejar de lado las mascarillas»
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