Mucho cuidado. Además del distanciamiento social y el uso de materiales de bioprotección, los protocolos buscan cumplir con las máximas medidas de seguridad.
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Estudio virtual. Más allá del regreso a clases se trata de fortalecer la alternancia, en especial manteniendo las clases en línea.
Los laboratorios. En carreras como Medicina e Ingenierías, las normas de seguridad se establecerán de una manera mucho más intensa.
Las universidades del país se preparan para el regreso a sus aulas después de un semestre en el que el coronavirus afectó seriamente sus actividades. Ante los primeros protocolos que presentó el Ministerio de Educación, el trabajo de los centros educativos se ha multiplicado. No es únicamente asegurar distancias, sino también mantener un trabajo de calidad en medio de una pandemia.
Esta situación ha hecho que las universidades refuercen de manera cada vez más intensa sus protocolos para atender a la población académica. Ante el regreso a clases, habrá muchos cambios que esperen los estudiantes. Además, la relación entre instituciones académicas y centros médicos tendrá sus modificaciones importantes.
«Es fundamental asegurar a la comunidad universitaria que contará con todas las medidas establecidas de bioseguridad para el retorno a clases presenciales y con procesos de enseñanza-aprendizaje de calidad, por esta razón ya contamos con acciones a implementar en línea con lo propuesto por el Gobierno», aseguró a PUBLIMETRO la rectora de la Universidad El Bosque, María Clara Rangel.
La virtualidad, gran eje
Uno de los primeros cambios que notarán los estudiantes al regresar a los salones de clase es el fortalecimiento de las clases virtuales. Aunque se permitirá en la gran mayoría de casos volver a los campus, este regreso se hará de manera escalonada.
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Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, plantea un modelo típico que ha llamado «mixto». «Se presentará una convergencia de las clases por acceso remoto con las clases presenciales que requieren de un componente práctico. La universidad está preparada para estar presente, con una experiencia pedagógica renovada, para cada uno de sus profesores y estudiantes», afirmó el directivo.
La mayor preocupación surge, precisamente, para poder manejar carreras como ciencias de la salud, ingenierías o ciencias puras que requieren de acceso a laboratorios. La directora de la escuela de Enfermería de la Universidad UDCA, Claudia Marcela Velásquez explicó que este proceso ha requerido el trabajo de los propios docentes, junto con expertos del Ministerio de Salud, las Administradoras de Riesgo Laboral y otras entidades.
«teniendo en cuenta que las Universidades cuentan con espacios tan diversos para adelantar sus actividades, se hizo necesario adelantar un trabajo interno con las áreas de Ciencias de la Salud de la Universidad, específicamente con el Programa de Enfermería, para articular el conocimiento de área con la experiencia académica en el desempeño de estas actividades», aseguró Velásquez.
Las medidas a tomar
Además de la alternancia, las universidades han concentrado sus esfuerzos en trabajar para disminuir el contacto social. «Vamos a segmentar nuestra población para identificar su perfil de riesgo según temas médicos, familiares o incluso preferencias de estudio. adicionalmente estamos finalizando todos nuestros protocolos de bioseguridad a través de un control estricto de aforos, salones y laboratorios», explicó Cheyne.
En otras universidades como El Bosque, la trayectoria de su carrera de Medicina ha permitido elaborar protocolos más complejos. «En los laboratorios contaremos con un distanciamiento de 2 metros entre estudiantes, lo que reducirá la ocupación a cerca de un 50 % de estos espacios. También manejaremos un escalonamiento en los horarios y señalización que indicará la distancia que deben mantener.», explica Rangel.
Velásquez, por su parte, garantiza que se reducirá el impacto de los viajes en las universidades para disminuir las aglomeraciones en vehículos particulares y transporte público. »
Las matrículas, la gran preocupación
La reducción de estudiantes debido a problemas financieros es una gran preocupación para las universidades. Estas han tenido que multiplicar sus apoyos a través de fondos de becas, créditos blandos y otros mecanismos para reducir la carga financiera a sus estudiantes.
Rangel explica que su universidad podría perder hasta un 20% de estudiantes con respecto a los matriculados en el primer semestre. Para contrarrestarlo, su universidad plantea descuentos del 10% para estudiantes nuevos y del 15% para antiguos, además de fondos de préstamos y becas.
Estos descuentos y becas se han visto multiplicados en diferentes centros académicos, tanto para pregrado como para posgrado.
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