Día a día, se confirman nuevos casos de coronavirus alrededor del mundo. Sin embargo, algunos países tomaron drásticas medidas y ahorita se ven los resultados. Y es que, poco a poco, regresan a la «normalidad».
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Es el caso de Portugal. El país luso no exigirá el deber de confinamiento entre su población. No obstante, habrá excepciones para abrir un período de nueva normalidad. Ahora, podrán hacerse tatuajes, ir al gimnasio, comer en restaurantes o salir con la familia a un centro comercial.
La ciudadanía ya tiene la libertad de la denominada nueva normalidad. Esta le permitirá hacer una vida similar a la «prepandemia», aunque con una serie de cautelas con el fin de evitar la propagación de la COVID-19.
Los restaurantes podrán trabajar con el total de su capacidad. Sin embargo, entre mesa y mesa habrá una distancia mínima de metro y medio. De hecho, tendrán que instalar paredes de metacrilato para mejorar el aislamiento.
Los gimnasios, las salas de cine, teatros o auditorios también comienzan su actividad a partir del 1 de junio. Cabe resaltar que al igual que el resto de empresas, obligarán a los usuarios a mantener el distanciamiento social. De igual manera, en muchos casos será necesario acudir con mascarilla.
El teletrabajo es otra de las cuestiones que cambia en Portugal. Desde el lunes, dejará de ser el sistema preferente, salvo para padres que tengan que cuidar a sus hijos, personas con discapacidades superiores al 60% o inmunodeficientes.
La playa y el turismo pretenden aliarse para que, poco a poco, emerja la actividad económica. Razón por la que desde el 6 de junio comenzará la temporada oficial de baño.
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El fútbol es otra de las rutinas que regresa a Portugal. Desde el 3 de junio se volverán a disputar los partidos de Liga para concluir las diez jornadas que restan. Eso sí, la nueva normalidad impide a los portugueses acudir a los estadios. Y es que los encuentros serán a puerta cerrada.
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