Otorgar subsidios o exoneraciones, acceder a mercados y financiación, impulsar la educación empresarial y aliviar la carga tributaria son propuestas que engloba la «Gran Alianza por la Microempresa», una iniciativa liderada por el Centro de Estudios de la Empresa Micro (CEM) para atender en Colombia la crisis provocada por el COVID-19.
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Estas acciones específicas, enfocadas en mitigar los efectos económicos y sociales de la pandemia «sobre el tejido empresarial», fueron estructuradas desde el CEM, integrado por las Cámaras de Comercio de Medellín y Aburrá Sur, Proantioquia, Comfama, el Fondo de Garantías (FGA) y la Corporación Interactuar.
«Ante la pandemia y lo que vimos venir con ella dijimos que era nuestra obligación construir una propuesta para el país que permita a la microempresa sobrepasar esta situación crítica que está viviendo», expresó a Efe el director ejecutivo de Interactuar, Fabio Andrés Montoya.
Para disponer de condiciones favorables que permitan la reactivación, creación o permanencia de estas empresas micro, los promotores de la alianza diseñaron una especie de hoja de ruta basada en seis pilares.
RESULTADOS DESOLADORES
Según una encuesta realizada a empresarios acompañados por Interactuar para medir el impacto de la pandemia en la microempresa colombiana, el 99 % reportó una disminución en ventas, el 58 % tuvo que realizar un cierre parcial, mientras que el 8 % hizo un cierre total de su negocio.
Asimismo, esa medición reveló que el 80 % de sus emprendedores han reducido empleos y 53 % se vieron obligados a bajar a la mitad su planta de personal.
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«Los resultados son muy desoladores; es una situación muy crítica», opinó Montoya.
Explicó que en ese perfil de empresa micro entran desde un vendedor ambulante hasta una persona que vende 1.500 millones de pesos al año (unos 398.194 dólares).
Por ello, segmentaron estos emprendimientos al considerar que en ese «universo amplio» sus actores tienen necesidades muy distintas.
LOS PILARES
Entre las propuestas que integran esta alianza en primer lugar figura el pilar «Alivios Temporales», que propone bajar la carga laboral y algunos costos fijos, además de contemplar la implementación de subsidios o exoneraciones para los microempresarios.
«Hay personas que están aguantando hambre porque su trabajo está en la calle», apostilló Montoya.
En segunda línea está el pilar «Educación Empresarial» que concentra su esencia en dar acompañamiento y fortalecer las habilidades gerenciales de los empresarios que tendrán que «reinventar» sus negocios y «adaptarse» a nuevas realidades.
«Acceso a Mercados» corresponde a la tercera propuesta que no solo ofrece programas de comercialización (e-commerce) sino que promueve las compras inclusivas al vincular a esta alianza a la gran y mediana empresa.
Como un cuarto pilar aparece «Acceso Financiero» para impulsar modelos de financiación colectiva, los subsidios en intereses y periodos de gracia.
Como últimas propuestas están «Gradualidad en Regulación Técnica» y la «Implementación de la Política Pública Existente», que pretenden que fijar tarifas diferenciadas de acuerdo con el tamaño de la empresa y promover proyectos normativos que generen condiciones favorables para la microempresa.
TENDER UN PUENTE
Bajo la coyuntura empresarial actual y los niveles de desempleo por la emergencia provocada por el coronavirus, el CEM ve a la microempresa como algo «fundamental» en la recuperación económica del país.
Y para que asuma ese rol, según los promotores de la iniciativa en el país se deben tomar medidas que permitan «tender ese puente» para que estos negocios atraviesen la crisis y puedan reactivarse posteriormente.
El CEM fue creado en 2019 con el propósito de aportar a la inclusión social y el desarrollo económico del país con el estudio de la microempresa a profundidad para conocer sus particularidades, desarrollar servicios para fortalecerla e incidir en la política pública.